El ser humano, hasta la llegada de la Ilustración, venía desarrollando su actividad en espacios exteriores con luz natural. Hasta el siglo XVIII, la actividad en el interior tuvo un papel secundario y la necesidad del alumbrado artificial fue escasa. Sin embargo, con la llegada de la Revolución Industrial los trabajos comenzaron a realizarse en locales interiores, generando largas y tediosas jornadas laborales que se alargaban hasta altas horas de la madrugada. Esta nueva situación produjo la necesidad de utilizar la iluminación artificial para sustituir la carencia de la luz solar y poder desarrollar las actividades diarias en espacios cerrados.
Actualmente las personas pasamos el 90% de nuestro tiempo en espacios interiores, lo que supone una reducción considerable de la cantidad de luz natural que recibimos a lo largo del día. Para ser más exactos, en un día soleado obtenemos en el exterior 100.000 lúmenes, reduciendo ese número a 10.000 lúmenes en un día nublado. Cuando se trata de espacios cerrados, estaríamos hablando de 500 y 300 lúmenes en oficinas y colegios, respectivamente. En este contexto, la iluminación artificial se ha vuelto imprescindible. Los avances tecnológicos han permitido el desarrollo de una correcta utilización de la luz, y la tecnología LED ha supuesto un importante avance al tratarse de una iluminación artificial muy dinámica, que simula la luz natural y, además, obtiene una alta eficiencia energética.
Beneficios de la iluminación LED
El concepto oscuridad biológica define muy bien la situación a la que se enfrentan hoy en día muchas personas, que se sienten cansadas durante el día al no poder dormir y descansar de forma adecuada durante la noche, lo que puede asociarse con síndromes como agotamiento o depresión.
Durante el día, necesitamos luz cardiaca para mantener activo nuestro cuerpo, inmunizando nuestra respuesta, regulando el metabolismo y mejorando nuestro bienestar y productividad. Además, el buen uso de la iluminación reduce el estrés e incrementa el control de nuestros impulsos. Por el contrario, durante la noche necesitamos oscuridad para restablecer y reconstruir nuestro cuerpo y cerebro, además de las funciones metabólicas. En estos ritmos de 24 horas en los que la luz-oscuridad tiene tanta importancia en las personas, el sentido de la vista se vuelve fundamental ya que la visión relaciona la luz y la oscuridad con el estado del cuerpo. Por ello, la luz, además de tener efectos en la vista, también influye en el cuerpo y emociones, ya que dependiendo del momento en el que nos encontremos necesitamos activarnos o relajarnos. Por tanto, la luz es elemental para nuestro reloj interno y gestionarla correctamente permite mejoras considerables en el bienestar de las personas.
Human Centric Lighting como solución
Para dar respuesta a esta situación, la tecnología LED ha traído consigo el uso del Human Centric Lighting (HCL), un nuevo concepto de iluminación que ofrece luz óptima para ver, luz correcta para el sistema biológico y también luz emocionalmente atractiva. HCL consiste en el uso de luz biológicamente optimizada que mejora el bienestar humano. Gracias a esta iluminación enfocada a las personas, el cuerpo humano se sincroniza con el ritmo natural día / noche, permitiéndonos estar alerta, atentos y eficientes a lo largo del día, y contribuyendo a la relajación y recuperación durante la noche. Según el momento del día y el lugar en el que nos encontremos, se deben adaptar los niveles de iluminación a determinados requisitos, empleando distinta iluminancia y temperaturas de color.
Por ejemplo, en los centros educativos la iluminación debe crear un ambiente agradable de aprendizaje en el que se estimule la capacidad de concentración y relaciones sociales. En las oficinas de trabajo, en las que pasamos un tercio de nuestro día, es fundamental suministrar la luz suficiente para que los empleados puedan realizar tareas visuales, además de mejorar su rendimiento en la tarea cognitiva y generar un ambiente de trabajo agradable. Los estudios publicados sobre el uso de la iluminación HCL en los entornos interiores muestran que esta luz aumenta en un 10% la productividad de los empleados en una oficina. Por ello, la iluminación HCL en el lugar del trabajo debe suministrar un entorno de luz lo más natural posible, basada en el curso natural de la luz del día. En este sentido, el control automático permite una iluminación ambiental extensa, creando una luz indirecta y brillante que consigue un efecto energizante gracias a la alta proporción de azul en techos y paredes durante la mañana y tarde.
Cuando hablamos de luminarias que transmiten una luz directa en el lugar de trabajo, los empleados también tienen que tener la posibilidad de poder controlarlas individualmente. Estas soluciones permiten crear una luz con una mayor proporción de rojo para conseguir que el efecto energizante no sea tan fuerte durante las últimas horas del día. Al final de la tarde y durante la noche, las personas son más sensibles a los efectos no visuales de la luz, sobre todo al brillo y contenido azul. Por ello, es importante que en los trabajos por turnos, las soluciones de iluminación garanticen un estado de atención y concentración.
Varios estudios publicados demuestran que la aplicación de una iluminación HCL consigue que una empresa industrial de 1.000 empleados aumente su productividad en un 4,5% en comparación con una iluminación LED estándar. Entre los aspectos positivos en el uso de esta solución, encontramos la reducción de tasa de errores, un menor número de bajas laborales y una mayor vida útil del servicio. Cuando organizamos la implantación de las soluciones HCL, debemos tener en cuenta los efectos visuales de la luz, así como los efectos biológicos no visuales, aplicando los siguientes principios:
- Cuanta más luz natural se use, mejor.
- Las soluciones HCL deben orientarse automáticamente a los cambios en la luz natural teniendo en cuenta el color, brillo y distribución espacial de la luz.
- Las primeras dos horas tras levantarse y dos horas antes de acostarse son los momentos en los que las personas son más receptivas a los efectos biológicos de la luz.
- Las luces que imitan un cielo iluminado por el sol (azul) son las que mayor efecto de activación tienen. Por ello, es recomendable el empleo de una luz cálida al inicio del día y variarla progresivamente hasta conseguir al mediodía una luz fría y brillante.
- Cuando se acerca la noche, la iluminación debe cambiar hacia una luz blanca cálida que ayude al cuerpo a relajarse.
Las soluciones Human Centric Lighting ofrecen una iluminación LED centrada en las personas, que cuenta con la capacidad de adaptación para modificar la luz dependiendo del momento del día, contribuyendo al bienestar de cada individuo. Por tanto, la iluminación tiene un efecto directo en nuestros niveles de actividad y, por consiguiente, en el rendimiento y capacidad de concentración de las personas. La posibilidad de optar por soluciones de iluminación LED flexibles, capaces de crear entornos basándose en las preferencias y necesidades de cada uno, suponen un gran avance. Tal y como se ha demostrado, el buen uso de la iluminación tiene efectos activadores, motivadores, relajantes o calmantes, cuyos beneficios se ven reflejados en el bienestar del organismo mejorando, por consiguiente, la calidad de vida de las personas.
Artículo elaborado por Alberto Casado, director de Marketing de Ledvance para España y Portugal