La sección de Dermatología del Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez en Huelva ha comenzado a ofrecer a sus pacientes tratamiento de fototerapia, que consiste en la aplicación de la radiación ultravioleta con fines terapéuticos.
Las indicaciones más frecuentes son dermatosis como la psoriasis, dermatitis atópica y el vitíligo, así como algunos linfomas cutáneos, aunque hay más afecciones dermatológicas que pueden beneficiarse. Se suele realizar en pacientes con gran extensión de la enfermedad y que no responden a otros tratamientos previos.
La delegada territorial de Salud, Manuela Caro, acompañada del director gerente José Luis Bonilla y la jefa de Dermatología Carmen Suárez, ha visitado hoy el Centro Periférico de Especialidades Virgen de la Cinta, dependiente del Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez, donde se encuentra instalado el moderno equipamiento con manejo telemático. Los primeros pacientes se están beneficiando ya de esta terapia y se irán incorporando más en los próximos meses.
La fototerapia se utiliza en pacientes adultos desde hace más de tres décadas y está demostrada su seguridad y eficacia. La indicación del tratamiento la realiza el especialista de Dermatología, formando parte de su arsenal terapéutico. Generalmente es un tratamiento que se indica cuando la afección cutánea no ha respondido a otros tratamientos tópicos o sistémicos que se hayan administrado previamente y también puede aplicarse en combinación con algunos de ellos. Por su parte, la aplicación del tratamiento en la cabina lo hace una enfermera especialmente entrenada en la administración de esta técnica.
Para llevarse a cabo, el paciente entra en una cabina sin techo, a través de una puerta de acceso, cuyas paredes interiores están cubiertas por las lámparas de fototerapia. La cabina dispone de barras de sujeción para una estabilidad segura. La enfermera responsable le aplica la dosis programada para esa sesión mediante una aplicación digitalizada e individualizada. El paciente dispone, además, de una alarma y puede parar el tratamiento en cualquier momento si se encuentra indispuesto, aunque esta situación es excepcional, dado que la duración de las sesiones varía desde segundos a pocos minutos, dependiendo de la dosis programada.
La terapia se administra en varias sesiones semanales de pocos minutos de duración, en pauta de dosis creciente, según un riguroso control y en función de la dermatosis a tratar, su extensión, el fototipo del paciente y otros parámetros que el facultativo considera en cada caso. Cada ciclo de tratamiento suele durar entre tres y cinco meses, según pauta personalizada para cada paciente realizada por el dermatólogo.
Fototerapia con luz ultravioleta
Existen distintos tipos de radiación ultravioleta (RUV), de los que los más utilizados en estas cabinas son la radiación UVA y la radiación UVB de banda estrecha. La UVB llega a la capa más superficial de la piel, la epidermis, mientras que la UVA alcanza capas más profundas, llegando hasta la dermis. En el caso de la radiación UVA se le suele asociar un tratamiento tópico u oral para potenciar su efecto fotosensibilizador. Por ello, no se recomienda en general en los pacientes pediátricos ni en las gestantes.
La ventaja del equipo puesto en marcha es que cuenta con los dos tipos de radiaciones. Por ello, de forma mayoritaria se empleará la radiación UVB, que no precisa administrar fármacos, tiene menos efectos adversos y, en determinados casos, puede indicarse también en pacientes pediátricos y en mujeres embarazadas, incluso como alternativa al tratamiento tópico o sistémico.
La fototerapia posee un efecto antiinflamatorio y modificador de la respuesta inmunológica, por lo que mejora el enrojecimiento, la descamación y el picor en pacientes que padecen psoriasis o dermatitis atópica. Por otro lado, estimula la síntesis de la melanina, de ahí su efecto beneficioso en el vitíligo. Finalmente, previene la reproducción de células cancerosas, por lo que mejora la evolución de determinados linfomas cutáneos.
Este procedimiento suele ser bien tolerado y con pocos efectos adversos, como el enrojecimiento, la sequedad y el picor, por lo que suele recomendarse el uso de crema hidratante, posterior a la sesión de la terapia. Otro efecto secundario posible es la hiperpigmentación, parecida al bronceado provocado por el sol en verano. A largo plazo, puede desarrollarse fotoenvejecimiento de la piel con manchas y arrugas, similar al provocado por exposición excesiva al sol.
El tratamiento requiere de pautas y límites muy estrictos de radiación total recibida, para evitar el riesgo de aparición de un cáncer de piel, que puede ocurrir cuando se acumulan muchos ciclos de tratamiento. Tiene contraindicaciones relativas o absolutas en casos de cáncer cutáneo previo o antecedentes familiares de cáncer, administración de determinados fármacos, dermatosis relacionadas con la exposición solar o que se haya recibido este tratamiento previamente con dosis acumulativas altas.
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