Martín Azúa ha fusionado materia y luz al diseñar Halo. En su nueva evolución como aplique de pared, Halo Wall propone una serie de esculturas de luz minimalistas. Una sugerente iluminación ambiente que flota sobre el muro y al mismo tiempo lo baña de luz.
La unidad básica de Halo Wall es un stick de luz de un metro de largo. Con escueta linealidad dibuja composiciones gráficas inspiradoras y modificables. Las varas de luz, ancladas a un perfil de aluminio, giran formando ejes perpendiculares, paralelos o inclinados. El carácter modular permite grandes entramados de luz mural.
Mediante una doble funda de metacrilato, logra una emisión difusa de la luz y la tecnología led desaparece. La materia convertida en luz emerge de modo casi mágico. Con una poética reduccionista, el nuevo sistema lumínico de Azúa sorprende y apela a la emoción de la experiencia estética. Su presencia remite al movimiento artístico minimalista surgido en la década de los 60 del siglo XX, con gran impacto posterior en la cultura del amueblamiento y los proyectos de interiorismo, que nos llega hasta hoy.
Halo Wall provee de luz ambiente general, pero también funciona como luz de lectura situada próxima a sofás y butacas. Las composiciones con múltiples unidades generan murales luminosos idóneos para espacios representativos de empresas, equipamientos culturales o establecimientos de hotelería.
La colección que le precede, Halo Lineal, fue galardonada en el año 2015 con el premio Best of Year Award by Interior Design Magazine – USA