El grafeno, aunque es conocido desde los años 30, no fue redescubierto hasta 2010, cuando Andréy Gueim y Konstantín Novosiólov describieron sus propiedades y ganaron con ello el premio Nobel de Física. Se trata de una lámina de un solo átomo de espesor de átomos de carbono unidos en disposición hexagonal
Imaginar como será la vida en un futuro a medio plazo siempre es un arriesgado ejercicio de imaginación, pero al menos desde el punto de vista tecnológico se sabe que nos esperan grandes avances en el campo de la robótica, la inteligencia artificial, el consumo energético y la nanotecnología
Actualmente hay varios proyectos en marcha como el que acaba de ser aprobado por el Gobierno checo, donde se está empleando una tecnología muy barata que ellos han desarrollado para producir nanofibras de muchas cosas distintas: de polímeros, de carbono… Por ejemplo, en las de polímero, introducir nanopartículas que le den alguna funcionalidad especial a estas nanofibras. O meter nanofibras de carbono que hagan que lo que te quede sea un polímero que sea conductor.
Es decir, básicamente se trataría de producir un material sintético, un plástico, que además de ser ligero y resistente pueda conducir la electricidad, lo que tendría aplicaciones en diversos campos, uno de ellos la aeronáutica. Ahora mismo los aviones tienen una red, una malla interna de cobre que pesa un montón, en toda la estructura del avión, para que si cae un rayo en un ala o lo que sea, que la corriente se disperse. Es un montón, 50.000 amperios o así, es un disparate la corriente que lleva un rayo. Entonces si fuésemos capaces de hacer un material más ligero, que pudiera conducir suficientemente bien la electricidad, se podría reemplazar lo que ahora mismo pesa más en la estructura de un avión. Esto daría lugar a aeronaves más ligeras, que por tanto consumirían menos combustible, resultarían más baratas de mantener y contaminarían menos.
El grafeno, el material del futuro
Madrid es actualmente la segunda ciudad de Europa donde más se producen artículos científicos sobre este material después de Londres.
El grafeno, aunque es conocido desde los años 30, no fue redescubierto hasta 2010, cuando Andréy Gueim y Konstantín Novosiólov describieron sus propiedades y ganaron con ello el premio Nóbel de Física. Se trata de una lámina de un solo átomo de espesor de átomos de carbono unidos en disposición hexagonal. Rodolfo Miranda nos explica algunas de sus propiedades.
Es el material más delgado que se pueda imaginar pero al mismo tiempo es el más fuerte, el que cuesta más romper, básicamente porque es perfecto, no tiene ningún átomo fuera de su sitio. Es flexible, transparente, muy buen conductor de la electricidad, mucho mejor que el cobre o cualquier otro material, y tiene propiedades muy psicodélicas. Por ejemplo, es completamente impermeable, ninguna molécula lo atraviesa, puedes hacer membranas que filtren lo que tú deseas. Los electrones, que es lo que conduce la corriente eléctrica, se propagan en el interior de esta placa súper delgada de grafeno a una velocidad increíble: solo 300 veces más lento que la velocidad de la luz en el vacío, eso quiere decir que los electrones se propagan en grafeno más rápido que la luz en la mayor parte de los materiales.
Así pues, un cable eléctrico de cobre recubierto de grafeno conduciría la electricidad de forma mucho más eficiente, ahorrando energía. Al mismo tiempo abre las puertas a una nueva fase de la electrónica. Tienes estos electrones que se propagan casi a la velocidad de la luz, casi como si no tuvieran masa. Así que puedes hacer transistores que conmutan con una velocidad enorme, en un rango de frecuencia inalcanzable hasta ahora, los teraherzios, que es un rango de frecuencias enorme. Si se puedieran generar teraherzios y detectarlos, que es lo que pueden hacer estos dispositivos de grafeno, se podría abrir toda una electrónica en un rango de frecuencias que nunca se ha hecho hasta ahora.
Una radiación de teraherzios, que contiene muy poca energía, penetra a través de todo. Se podría por ejemplo hacer un escáner para los aeropuertos que viera absolutamente todo, incluso los objetos de plástico, acelerando así el chequeo en el punto de control de equipaje.
El grafeno tiene otras muchas aplicaciones en diferentes campos, desde las pantallas táctiles de los móviles hasta la fotografía. Podría ser la clave para dotar a las fibras de polímero de la conductividad eléctrica deseada.
El futuro es nano
La apuesta que se está realizando de manera global hacia este tipo de desarrollo tecnológico, es muy importante.
La manipulación de los materiales a nivel molecular está en sus inicios, dando sus primeros balbuceos, y los expertos aseguran que la cantidad de aplicaciones se irá multiplicando en los próximos año. Ya hay una infinidad de posibilidades, y una de esas posibilidades se está dando con fuerza en medicina. Se están haciendo pruebas en los hospitales, con seres humanos. La nanotecnología es como un tsunami, las primeras olas ya están llegando a la playa.
Tanto en ocio como en salud, arquitectura, computación o transporte. No hay ámbito humano que no sea susceptible de verse afectado por las nuevas aplicaciones derivadas del conocimiento de ese fascinante cosmos que es el mundo de lo increíblemente pequeño.
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