En la actualidad, la gestión del alumbrado público se ha convertido en el tema de moda en ferias y congresos de iluminación. Los sistemas de control más avanzados permiten una gestión remota del alumbrado punto a punto con funciones de diagnóstico, obtención de parámetros de cada luminaria o alertas al instante, entre otras prestaciones. Además de la gestión de la luz, estos sistemas conectados registran datos útiles para tomar decisiones que mejoren la calidad de vida de una población. Por estos motivos, todo el mundo desea contar con sistemas de gestión de alumbrado público, aunque cabe plantearse dos cuestiones: ¿realmente todas las poblaciones tienen las mismas necesidades de gestión del alumbrado?, ¿existen soluciones intermedias entre la gestión punto a punto y la «no gestión»? Afortunadamente, la tecnología actual nos brinda diferentes posibilidades para administrar el alumbrado dependiendo de las necesidades del cliente y el presupuesto del proyecto. A continuación, se describen diferentes sistemas de gestión del alumbrado exterior y se explica para qué situaciones y entornos son más adecuados.
Instalaciones públicas de alumbrado exterior
I. Cambio de perfil horario (gráfico I)
Supongamos que el ayuntamiento de un municipio necesita simplemente cambiar los niveles de iluminación durante dos periodos del año, debido a que existe una variación de población muy importante entre los meses de verano y el resto de estaciones. En este caso, se requeriría un sistema de gestión que nos dé la opción de modificar el perfil horario, pero con una inversión mínima.
La solución en este tipo de instalación consiste en integrar unos equipos electrónicos que permiten cambiar su perfil horario de regulación aplicando una secuencia de encendidos y apagados desde el cuadro de mando. El sistema solamente requiere dejar preparado en el cuadro un conector con un contacto libre de potencia para poder actuar sobre las diferentes líneas de la instalación. Además de esto, se debe comprar el programador del fabricante de los equipos electrónicos para generar la secuencia de encendidos y apagados necesarios a la hora de cambiar el perfil de regulación. La inversión por parte del cliente se limita, por tanto, a la adquisición del programador (aproximadamente 400 €). Los equipos que se integran en las luminarias valen lo mismo que cualquier otro de gama alta del mercado, por lo que el coste de las luminarias no se incrementa respecto al precio de tarifa. Los gastos de mantenimiento son nulos y simplemente hay que contar con que el operario a cargo debe ir físicamente a cada cuadro de mando cuando se quiera cambiar el perfil de regulación.
Esta tecnología permite ajustar los niveles lumínicos según las necesidades de la población en cada periodo. De esta forma, optimizamos el consumo eléctrico del municipio y reducimos la contaminación lumínica del cielo durante la mayor parte del año. La desventaja que ofrece este sistema es que no dispone de funciones para monitorizar los parámetros de la instalación.
II. Control desde cuadro y localización de cada cuadro (gráfico II)
A partir de una instalación como la descrita en el párrafo anterior, podríamos subir un escalón en cuanto a control integrando un sistema de gestión remota en el cuadro de mando. En este caso, el montante de la inversión dependerá del número de cuadros de mando que se deseen telegestionar, así como de su situación y de la conectividad que requieran. Tener los cuadros telegestionados aporta ventajas: no sólo nos permite realizar la maniobra de cambio de perfil de regulación de forma remota, sino también monitorizar los consumos reales de la instalación, tener un sistema de control de documentación, revisiones y mantenimientos, alertas de incidencias, etc., todo ello de manera informatizada. Esto también permite la detección inmediata de problemas, como consumos excesivos o fallos generales de la instalación.
III. Control bidireccional punto a punto para alumbrado público (gráfico III)
Podríamos decir que el escalón más alto en la gestión del alumbrado está en el control bidireccional y punto a punto de cada luminaria. Los nodos de estos sistemas integran una función de geoposicionamiento a través de GPS, y tienen la capacidad de conectarse por sí solos a la nube en caso de que la comunicación entre nodos no sea buena. La versatilidad de dichos instrumentos nos proporciona un control total del alumbrado, pero realmente esta no es la mayor ventaja. Hace unos años, el principal argumento de venta de los sistemas de telegestión punto a punto era el ahorro que se producía en el mantenimiento de la instalación. Esto se conseguía, por ejemplo, optimizando el proceso de reemplazo de lámparas en las luminarias de descarga. Actualmente, la luminaria LED se vende en muchos casos con una garantía de 10 años y el porcentaje de fallos que se estima es mínimo; por tanto, la instalación apenas requiere mantenimiento.¿Cuál es hoy, entonces, el argumento para instalar estas tecnologías bidireccionales y punto a punto de gestión del alumbrado? En ATP pensamos que la razón principal reside en la monitorización y captación de información de una ciudad. Esto significa que el sistema se debe integrar con el resto de verticales de la urbe: control del tráfico, mantenimiento de zonas verdes, medioambiente, recogida de residuos, etc. El alumbrado público es, sin duda, la mayor red de comunicación de una ciudad por la cantidad de puntos que la componen y la interdistancia existente entre ellos. Por esa razón, la incorporación de sensores en las luminarias para monitorizar la ciudad y tomar decisiones respecto a la gestión de la misma puede ser clave a la hora de optimizar sus recursos y conseguir el máximo ahorro en sus diferentes actividades. La gran desventaja de estos sistemas de gestión es su coste: aumentan el precio de cada punto de luz y generan cuotas de mantenimiento con las compañías de telecomunicaciones.
Instalaciones privadas de alumbrado exterior
I. Control Bluetooth punto a punto
Si bien el control punto a punto por Bluetooth no es recomendable para alumbrado público debido a que su alcance en comunicación resulta insuficiente a la hora de salvar los obstáculos y las interdistancias entre luminarias, sí que puede ser idóneo para instalaciones privadas de iluminación exterior que requieran un sistema de gestión sencillo y dinámico. Los clientes con este tipo de proyectos asumen una inversión inicial un poco mayor de la que supone un punto de luz sin posibilidad de gestión, pero no quieren tener gastos de mantenimiento a lo largo de la vida de la instalación.
Estos sistemas usan Bluetooth para transmitir y recibir. Bluetooth Low Energy ofrece muchas ventajas, ya que es la tecnología inalámbrica de comunicación que se encuentra en las tabletas y en los teléfonos y relojes inteligentes. Gracias a ello no necesitamos una plataforma dedicada al control de nuestra instalación, sino que podemos tener el programa de gestión en el bolsillo. Además, el coste de mantenimiento es nulo, ya que no se requiere una conexión a internet específica: todos los datos se guardan en la nube a través de la conexión a la red que tengamos en el teléfono inteligente o tableta. Dicha versión de Bluetooth crea una red de comunicación mallada sin puntos únicos de fallo, debido a que toda la inteligencia del sistema se replica en cada nodo.
Esta gestión permite el control punto a punto, el control de luminarias por grupos, la configuración de escenas y programaciones horarias, etc. La ventaja que ofrece al cliente es que la programación de cada punto es muy sencilla, por lo que no se necesita ningún técnico especializado durante la puesta en marcha o cuando se desea hacer modificaciones. La reacción de cada nodo cuando mandamos un comando es instantánea y no existen costes de mantenimiento. Este control Bluetooth también ofrece un sistema de actualización de producto prácticamente automático, por lo que las novedades y mejoras que desarrolla el fabricante se trasladan a cada nodo gratuitamente y de forma muy sencilla desde la aplicación móvil.
La principal desventaja de dicho sistema es el alcance del Bluetooth, ya que esta tecnología transmite a 2.4 GHz y, a esa frecuencia, un edificio alto, un arbolado muy espeso o incluso la lluvia pueden suponer una pérdida de comunicación entre dos nodos. Esa es la razón por la cual desde ATP Iluminación no recomendamos el Bluetooth en redes de alumbrado público, ya que las interdistancias y disposiciones de los puntos de luz son menos óptimas para el funcionamiento de esta tecnología que en la mayoría de las instalaciones de alumbrado exterior privadas.
Conclusión
Es muy importante conocer todo el abanico de prestaciones que nos ofrecen las diferentes tecnologías para la gestión del alumbrado exterior. Además, un análisis de las necesidades de la instalación y de los recursos que se tienen para su gestión y mantenimiento es esencial antes de decidir qué solución se instalará. Sólo de esta forma podremos escoger el tipo de control que satisfaga las necesidades de un municipio o una instalación privada y, por lo tanto, realizar un desembolso acorde con lo que requiere el cliente final. Si seguimos estas sencillas recomendaciones, se llevará a cabo una inversión responsable y amortizable a lo largo de la vida útil de la instalación.
El presente artículo ha sido elaborado por Sandra Solán, directora de I+D+i Electrónica de ATP Iluminación, a partir de su ponencia homónima presentada en el XLIV Simposio nacional de alumbrado del Comité Español de Iluminación.