Las inversiones tanto del sector público como del privado en métodos alternativos para la producción agrícola han experimentado un notable incremento durante los últimos años. Dos de estos métodos, la agricultura en ambiente controlado y la agrivoltaica, se han distinguido por su capacidad para ofrecer ventajas socioeconómicas que trascienden la mera producción de alimentos. Un estudio reciente realizado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y Virginia Tech destaca el papel transformador de estas tecnologías, que están destinadas a configurar el futuro del sector agrícola.
La agricultura en ambientes controlados (CEA por sus siglas en inglés) representa un salto cualitativo respecto a los métodos de cultivo tradicionales. Estos sistemas, que incluyen invernaderos, granjas verticales e hidroponía, no solo optimizan el uso del espacio y los recursos, sino que también permiten un control preciso sobre las condiciones ambientales como la luz, la temperatura y la humedad.
En el período entre 2009 y 2019, el número de operaciones de CEA en EE. UU. se duplicó, alcanzando casi las 3.000 instalaciones. Esta expansión se refleja en un aumento del 56% en la producción, pasando de 502 millones de libras a 786 millones de libras. Este crecimiento es especialmente notable en cultivos como tomates, pepinos y lechugas, de los cuales más del 60% se produjo utilizando sistemas hidropónicos en 2019.
Estos sistemas no solo aumentan los rendimientos y mejoran la nutrición, sino que también ofrecen un acceso más consistente a alimentos frescos y locales, lo que podría revolucionar la experiencia del consumidor y alterar la realidad económica de los agricultores tradicionales.
Por su parte, la agrivoltaica, combina la generación de energía fotovoltaica con la agricultura, utilizando la misma tierra para ambos propósitos. Esto no solo optimiza el uso del terreno sino que también genera energía renovable. Hasta 2021, había aproximadamente 300 sitios de agrivoltaicos en EE. UU., con cerca de 35 de ellos integrando paneles solares con vegetación que es pastada por ovejas y algunos co-localizados con la producción de cultivos especializados, como los arándanos.
Esta dualidad ayuda a producir energía limpia, a la vez que también se protege a los cultivos de las inclemencias del tiempo y reduce el riesgo de fallo de los cultivos debido a condiciones climáticas extremas. Además, los sitios agrivoltaicos plantados con cobertura vegetal amigable para los polinizadores apoyan la biodiversidad y promueven un ecosistema más saludable.
Desafíos y Futuro de estas tecnologías emergentes
A pesar de sus beneficios evidentes, tanto la CEA como la agrivoltaica enfrentan desafíos significativos, principalmente relacionados con aspectos tecnológicos y económicos. La adopción de estas tecnologías requiere inversiones iniciales considerables y una curva de aprendizaje para los agricultores.
La investigación liderada por Erik Dohlman y el equipo de economistas del Servicio de Investigación Económica del USDA, junto con investigadores de Virginia Tech, resalta la necesidad de datos oficiales actualizados que reflejen la situación tecnológica y de mercado actual. Estos datos son cruciales para entender plenamente el impacto y el potencial de estas tecnologías emergentes.
«Parte de la motivación de este proyecto fue proporcionar una visión general de las tecnologías emergentes, en particular la hidroponía y la agricultura vertical. Estas industrias han experimentado un tremendo crecimiento en las últimas décadas, pero es posible que los datos oficiales recopilados y publicados por el USDA no reflejen completamente la situación tecnológica y de mercado actual. Si la agricultura ambiental controlada y la agricultura de interiores se extendieran en la próxima década, esto podría transformar la experiencia del consumidor y posiblemente cambiar la realidad económica de los agricultores tradicionales basados en el suelo que cultivan cultivos que también se pueden cultivar en entornos controlados y sin suelo», detalla John Bovay investigador de Virginia Tech, que también está afiliada a la facultad del Centro de Innovación Avanzada en Agricultura
En conclusión, mientras que estas nuevas tecnologías podrían no reemplazar los métodos de producción convencionales pronto, tienen un gran potencial para transformar la agricultura. Al mejorar la eficiencia y la sostenibilidad, la agricultura en ambientes controlados y la agrivoltaica no solo están preparadas para enfrentar los desafíos futuros, sino que también están estableciendo un nuevo estándar en la producción agrícola. Este estudio pionero no solo arroja luz sobre la evolución actual de la agricultura sino que también guía el camino hacia un futuro más verde y productivo.
Puede acceder al informe completo a través del siguiente enlace:
https://www.ers.usda.gov/webdocs/publications/108221/eib-264.pdf?v=6473.7
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