La nueva creación de Patricia Urquiola para Flos es un sistema de iluminación inspirado en una fruta y diseñado para minimizar el impacto medioambiental.
“La almendra es un organismo: una semilla, una especie de recipiente ovalado que se abre para liberar el fruto. Para Flos pensé en un módulo suspendido inspirado en esta pequeña cáscara cuando está abierta: una presencia natural que es también mecánica, sencilla y poética. Un módulo compuesto por dos aletas que actúan como difusores pero que también son una metáfora de la almendra. El módulo se puede componer de varias maneras: se une directamente a la rama, como una almendra, se puede ensamblar para componer varios elementos, verticales u horizontales; otra posibilidad es que se enrolle en dos o tres ramas más, creando una composición muy ligera en el espacio”, explica Patricia Urquiola.
Almendra es por tanto un sistema de iluminación modular, personalizable y extensible, diseñado para entornos contract que han captado las nuevas necesidades de la vida contemporánea: espacios que, en cuanto a estética, ambiente y sensualidad, se inspiran en lo residencial.
Diseñado por Patricia Urquiola, el sistema Almendra nace de la idea de proporcionar una luz funcional y eficiente pero al mismo tiempo suave y delicada: “una emisión extremadamente confortable, como la que acaricia las hojas de un árbol frente a la ventana de una casa”, explica la diseñadora.
Con Almendra, Urquiola juega constantemente con el dualismo entre tecnología y naturaleza, retomando un enfoque de diseño que ya aplicó en la colección Serena de 2015 para Flos: fuentes de luz esenciales, con elementos difusores que protegen la luz de forma poética. “La versión suspendida de esa colección, que había imaginado como una rama con tres pétalos, nunca se produjo. Almendra nació de esa idea”, aclara la diseñadora.
Diseñando de forma casi biofílica, con Almendra Urquiola pensó en un módulo cuya forma se asemeja a la de dos cáscaras de una almendra abierta, conectadas por un pasador central. Es a partir de aquí que, gracias a una fuente LED, la luz se difunde y sale de manera uniforme y ocupa toda la superficie abierta.
El módulo, montado sobre un eje lineal o curvo, puede ajustarse para obtener una serie de soluciones: con 3, 4 o 6 luces, que pueden colocarse hacia abajo o hacia arriba
La sencillez del objeto esconde una refinada tecnología. El grosor de la carcasa es muy reducido y la luz sale de una fuente LED situada en la clavija central y se propaga a lo largo de los pétalos laterales de manera uniforme gracias a un sistema de guía óptica (tecnología Edge Lighting).
El resultado es un confort lumínico total que se ve incrementado por la posibilidad de posicionar las carcasas de iluminación hacia arriba o hacia abajo, incluso en la misma luminaria, y obtener así diferentes tipos de luz a partir del mismo sistema.
Soluciones que minimizan el impacto medioambiental
El módulo Almendra ha sido diseñado para reducir al máximo el impacto medioambiental, en línea con el esfuerzo constante de Flos hacia una producción sostenible. La elección de los materiales y el diseño (diseño para el desmontaje) contribuyen a este esfuerzo.
1. Un bioplástico procedente de un subproducto del papel
El módulo Almendra se ha fabricado, tanto en la parte opaca como en la transparente, con un policarbonato derivado de un subproducto de la producción de papel: el aceite de pino.
Este líquido viscoso, que se escapa de forma natural durante el proceso de extracción de la celulosa de la madera en la producción de papel, se ha utilizado durante años para producir tintas. Sin embargo, gracias a recientes tecnologías, ahora se utiliza para obtener un policarbonato que tiene todas las características del tradicional.
Almendra se produce, por tanto, con un material procedente de recursos renovables de origen natural (papel), pero que no consume innecesariamente tierra y agua con cultivos específicos, como ocurre con muchos otros bioplásticos; un material que en lugar de convertirse en residuo se revaloriza al entrar en otro proceso productivo, en línea con los dictados de la economía circular.
2. Un diseño centrado en el ciclo de vida del producto
Todo el ciclo de vida de Almendra, desde el origen de los materiales hasta su eliminación, se define según los estrictos criterios establecidos por las normas ISO sobre ACV (Analísis del Ciclo de Vida).
Esto es posible gracias a un diseño que no incluye ninguna pieza pegada, sino sólo tornillos, todos ellos invisibles.
La ausencia de adhesivos tiene varias ventajas: en primer lugar, facilita mucho la sustitución de los LEDs a través del servicio posventa de Flos, en caso de que se produzcan fallos de funcionamiento. En segundo lugar, Almendra puede desmontarse y cada pieza puede reciclarse correctamente según el material del que esté hecha: para facilitar su correcta eliminación, se han grabado las indicaciones con la clase de reciclaje en el cuerpo de aluminio y en los pétalos de policarbonato. En cambio, el fuste y la luminaria sobre la que se colocan los módulos Almendra son de aluminio extruido, 100% reciclable.
Colores derivados de la naturaleza
La elección de una paleta de colores personalizada construida ad hoc a partir de la personalidad del diseñador y su proyecto es una elección que los comisarios de diseño de Flos, Calvi Brambilla, persiguen desde 2019.
Para Almendra, se pidió a Urquiola que trabajara en línea con este enfoque y el resultado es una selección de colores derivados directamente del objeto que inspiró la luminaria: la almendra.
“Partiendo del color del árbol, propuse un verde mezclado con un azul cielo, en una versión metálica que habla de la unión entre naturaleza y tecnología (Bay Blue). Siguiendo con este pensamiento, elegimos otros dos colores de inspiración alborea: desde el blanco (off-white) de las flores, hasta el ocre de las ramas y las conchas (con una tonalidad que tiende al naranja)”, explica Urquiola
El lila metalizado, por su parte, es la opción más «trendy» de la paleta, un color que a Patricia Urquiola le gusta especialmente y que siente como representativo de su poética del diseño. Mientras que el antracita es la variante «suave» del clásico negro que en realidad no existe en la naturaleza.
Fuente de imágenes: Flos