Konstantin Grcic ha creado para Flos Black Flag, un nuevo tipo de lámpara de pared pero con función de pieza central al poder extenderse hasta 3,5 metros. Black Flag, cuyo nombre se inspira en el espíritu pionero y rebelde de una famosa banda de punk rock, es el último resultado de la colaboración de Flos con el diseñador alemán Konstantin Grcic: un aplique extensible, compuesto por una barra vertical y tres horizontales, diseñado para ocupar el mínimo espacio cuando está cerrado y proporcionar la máxima iluminación cuando está abierto.
Mínima y ligera, con una marcada funcionalidad, Black Flag tiene una fuerte presencia en una habitación, debido a las geometrías creadas por las tres barras extensibles que la componen. Cuando éstas están cerradas, adhiriéndose a la barra vertical, Black Flag parece una escultura o bandera fijada a la pared, una composición minimalista que recuerda el arte suprematista, la corriente que pretendía expresar la poética del artista con una sola pincelada.
En el momento en que se abre, el carácter de la lámpara cambia por completo: los brazos extensibles, de hecho, llevan la luz hasta tres metros y sesenta centímetros del armazón, transformando lo que era una presencia discreta en una pieza central iluminadora, que funciona como una lámpara colgante. El resultado es una iluminación potente y homogénea, pensada para cubrir perfectamente tanto una gran superficie de trabajo como una amplia zona de estar y muchos otros tipos de espacios.
«La lámpara Black Flag encarna el espíritu rebelde de la banda homónima, a la vez que es una pieza de diseño funcional y llamativa. Su capacidad única para extenderse hasta 3,5 metros desde la pared lleva la luz al corazón de cualquier espacio, mientras que su forma plegada se asemeja a una escultura elegante y poderosa. Es una pieza que llama la atención, pero que sigue siendo humilde en su propósito» detalla Konstantin Grcic
Todos los elementos extensibles que componen Black Flag presentan una luz directa hacia arriba, mientras que la tercera barra horizontal emite luz tanto hacia arriba como hacia abajo. Esto sirve para equilibrar la fuente de luz principal y garantiza el máximo confort visual. Estas características hacen de la lámpara una herramienta ideal para lugares de trabajo avanzados que no quieran renunciar a una estética distintiva, o para cualquier entorno doméstico en el que la funcionalidad sea tan esencial como el diseño disruptivo.
Sistemas de control avanzados
Black Flag está disponible en versiones estándar y PRO. En la versión PRO, la lámpara incorpora las herramientas de control más innovadoras: en la barra de pared, los mandos soft touch permiten regular las fuentes luminosas por separado, hacia abajo y hacia arriba, y modular la temperatura de color de la luz gracias a la tecnología Tunable White, para hacerla más o menos cálida según las necesidades.
Esta versión, compatible con un sistema de iluminación circadiano, también puede conectarse a un sistema de automatización de edificios para controlar la iluminación con los protocolos DALI y Bluetooth Casambi. Además está equipada con una función Eco Mode, un sensor que ajusta la intensidad de la luz en función del entorno para reducir el consumo, alargando la vida útil de la lámpara y manteniendo un valor de iluminación constante en el plan de tareas.
Sostenibilidad y diseño a prueba de futuro
En una era donde la sostenibilidad es crucial, Black Flag también destaca por su diseño consciente con el medio ambiente. Fabricada principalmente en aluminio, un material totalmente reciclable, esta lámpara minimiza el uso de materiales y evita el uso de plásticos en su embalaje.
Además, gracias a la ausencia de pegamentos y soldaduras, es muy fácil de montar y desmontar. Cada elemento puede desmontarse fácilmente con vistas a posibles reparaciones y sustituciones y, al final de su vida útil, desecharse para su correcto reciclaje. Todas las unidades luminosas son también sustituibles individualmente para su mantenimiento.
Imágenes: Flos. Fotógrafo: Oliver Helbig