Eaton analiza los principales hallazgos de la psicología de masas y cómo integrarlos en los planes de emergencias, sobre todo en la época estival en la que proliferan los festivales y eventos multitudinarios y hace falta más que nunca adoptar las mejores medidas de protección.
El verano es por definición una época en la que proliferan los eventos masivos y las grandes concentraciones. Tan solo la conocida como economía naranja, que engloba al negocio de la música, supone en España unos ingresos de 5.000 millones anuales y genera 300.000 empleos, según un reciente informe del Business School. Solamente los festivales suponen la mitad de esta cifra. Sin embargo, lo que traen estos eventos consigo no siempre es positivo, y es que algunas macroconcentraciones continúan arriesgando la seguridad de sus asistentes al exceder el aforo con el ánimo de recibir a más personas de las permitidas, o al celebrarse en lugares que no cumplen todas las normas de seguridad estipuladas. Aunque por fortuna se trate de casos cada vez más aislados, la seguridad de los asistentes nunca está del todo a salvo cuando tiene lugar un evento multitudinario y por lo tanto adoptar medidas de protección eficaces se hace indispensable.
La evacuación de emergencia, una tarea pendiente
Según Eaton, líder en gestión de energía, la evacuación de emergencia es todavía una tarea pendiente en estos casos. La compañía señala que, si bien estamos muy preocupados por los controles de acceso a los recintos, todavía no se otorga la misma importancia a planear una evacuación eficaz cuando surge un problema.
En este sentido, Jose Antonio Alfonso, responsable del segmento Commercial Buildings en Eaton España, ha comentado: “Generalmente, se tiende al diseño de un plan de emergencia partiendo de que este será cumplido por los individuos, sino de forma total, en su mayor parte. Creo que ha llegado la hora de darle la vuelta a esta forma de actuar y poner un mayor foco en el estudio del comportamiento de las personas en situaciones de alarma, para partiendo de esta base, elaborar un plan y unas medidas de evacuación acordes”.
El ser humano en situaciones de alarma
Así, ¿Qué tenemos que tener en cuenta exactamente?, ¿Cómo adivinar el comportamiento humano en estas situaciones para ajustarnos a él lo más posible?
Diversos estudios de psicología de masas coinciden en que el ser humano sólo reacciona de forma inmediata cuando percibe un peligro claro para su integridad física o para quienes le rodean. Sin embargo, también es cierto que, por pequeña que sea la alarma, si un solo humano percibe un peligro y responde en consecuencia, la reacción en cadena derivada del efecto contagio puede escalar hasta provocar una auténtica situación de caos.
Por otro lado, Eaton confirma que, en situaciones de pánico o emergencia, son muy pocos los que logran mantener la sangre fría. En concreto, menos de un 5% de los individuos son capaces de mantener la capacidad de razonar fríamente para no solo detectar sino seguir con acierto las señales de evacuación, según la compañía.
En este contexto, evolucionar hacia nuevas soluciones de emergencia y evacuación, se presenta como una tarea fundamental en las medidas de protección. Jose Antonio Afonso ha concluido: “Un gran avance en este sentido, sobre todo cuando hablamos de recintos cerrados, son los sistemas de iluminación inteligente y evacuación adaptativa, que indican la salida más adecuada en cada caso, evitando posibles callejones sin salida”.