“El tiempo de exposición a pantallas y la duración del sueño predicen de forma independiente el exceso de peso en los niños, por lo que deberían considerarse como parte fundamental de las estrategias y políticas relacionadas con la prevención de la obesidad”. Esta es una de las conclusiones surgidas de un estudio en el que participaron más de 4,000 niños de 2 a 11 años de edad, en ocho países europeos.
Estos nuevos hallazgos corroboran las pruebas de estudios anteriores que indican que tanto la duración del sueño como el tiempo de pantalla se asocian independientemente con el sobrepeso, al tiempo que añaden pruebas sobre la forma en que estos comportamientos interactúan entre sí para influir en los cambios en el estado de peso de la población joven.
Presentado en el Congreso Europeo Internacional sobre Obesidad (EOCICO 2020) este mes de septiembre, en el estudio, los investigadores examinaron las asociaciones entre el tiempo de exposición ante pantallas, la duración del sueño y el sobrepeso incidente en 4.085 niños, del estudios EDIFICIS (Identification and prevention of Dietary and lifestyle-induced health EFfects In Children and infantS), que incluyen niños de ocho países europeos (España, Alemania, Hungría, Italia, Chipre, Estonia, Suecia y Bélgica), a los que se les dio seguimiento desde 2009/2010 hasta 2013/2014. Se pidió a los padres que informaran cuánto tiempo pasaban los niños en promedio viendo la televisión, jugando a las consolas de juegos, usando un móvil, un ordenador o una tableta, y durmiendo cada día al comienzo del estudio.
Al comienzo del estudio, los investigadores encontraron que el tiempo de pantalla (horas por día) y la duración del sueño (horas por día) tenían una correlación inversa, lo que significa que la disminución de uno de ellos se encontró con un aumento del otro, por lo que los investigadores evaluaron tanto sus efectos separados como conjuntos en la trayectoria del peso.
Los análisis de 3.734 niños que no tenían sobrepeso ni eran obesos al comienzo del estudio, encontraron que por cada hora extra que pasaban frente a una pantalla, los niños eran 16% más propensos a tener sobrepeso u obesidad durante el seguimiento, mientras que cada hora menos de sueño se asociaba con un 23% de aumento en el riesgo de sobrepeso u obesidad.
Sin embargo, después de ajustar los datos por posibles factores de confusión, como el o, la edad, la región del país europeo y el nivel de educación de los padres, los investigadores encontraron que la asociación entre el tiempo frente a la pantalla y el sobrepeso ya no era estadísticamente significativa, pero la duración del sueño seguía siendo un predictor independiente significativo del sobrepeso.
«Nuestro estudio destaca el potencial de las estrategias de prevención del sobrepeso y la obesidad que promueven una duración adecuada del sueño y limitan el tiempo de pantalla, dado que ambos predicen independientemente el sobrepeso incidente en nuestro estudio», dice el Dr. Viveka Guzmán del Colegio Real de Cirujanos de Irlanda, que dirigió la investigación.
«El sueño es una parte a menudo infravalorada pero importante del desarrollo de los niños, y la falta de sueño regular causa una variedad de problemas de salud. Nuestros hallazgos sugieren que la duración del sueño juega un papel en la relación entre el tiempo de pantalla y el sobrepeso, pero se necesita más investigación para entender el mecanismo que subyace a esta relación».
Los autores reconocen que sus hallazgos muestran asociaciones de observación, por lo que no se pueden sacar conclusiones sobre la causa y el efecto. Señalan varias limitaciones, entre ellas que el estudio no examinó factores potencialmente confusos como la actividad física, los antecedentes familiares de obesidad o las pautas de alimentación, y la posibilidad de que se informara de manera insuficiente o errónea sobre la duración del sueño y el tiempo de pantalla, que pueden haber influido en los resultados. También observan que el cuestionario no incluía información sobre algunos dispositivos electrónicos que actualmente pueden ser utilizados ampliamente por los niños (como teléfonos inteligentes y tabletas).