En este publicación hemos dedicado muchos artículos a analizar la influencia de la iluminación en los ritmos circadianos y como esta puede ser fundamental para regularlos. Ahora una nueva investigación, basada en un análisis genómico a gran escala, revela algunos de los mecanismos internos de nuestro reloj corporal, arrojando nueva luz sobre cómo se relacionan los ritmos circadianos con la salud mental y la enfermedad.
El estudio, publicado recientemente en Nature Communications, sugiere que ser una persona madrugadora, es decir programada genéticamente para levantarnos temprano, puede conducir a una mayor bienestar y un menor riesgo de padecer esquizofrenia y depresión. Sin embargo, a pesar de mucha especulación previa, los resultados no revelaron ningún vínculo fuerte con enfermedades como la diabetes o la obesidad.
“Este estudio destaca una gran cantidad de genes que se pueden estudiar con detalle para descubrir como diferentes personas pueden tener diferentes “relojes corporales. La gran cantidad de personalizadas analizadas en este estudio significa que hemos proporcionado la evidencia más sólida hasta la fecha de que las personas nocturnas tienen un mayor riesgo de problemas de salud mental, como la esquizofrenia y un menor bienestar mental, aunque se necesiten todavía más estudios para comprender completamente este vínculo” explica el profesor Mike Weedon, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter.
Estudiando la genética del ritmo circadiano y su vínculo con la salud mental
La investigación se realizó a partir de 250.000 participantes que forman parte de la base de datos de la empresa dedicada a la investigación genética 23andme, y 450.000 personas del estudio Biobank del Reino Unido. A todos los participantes se les preguntó si se consideraban una “persona madrugadora” o una “persona nocturna”, y se analizaron sus genomas para ver qué genes tenían en común que podrían influir en sus patrones de sueño.
Los investigadores confirmaron sus resultados utilizando la información proveniente de dispositivos llevados en la muñeca que registraban su actividad de más de 85.000 personas del Biobank del Reino Unido. Esta información mostró que las variantes genéticas que identificaron los investigadores podrían cambiar el tiempo natural de vigilia de una persona 25 minutos, por ejemplo, cambiando la hora de despertarse de las 8.00 am a las 8.25 a.m. Los investigadores encontraron que las áreas genéticas influyen en el tiempo de sueño, pero no en la calidad o la duración del sueño.
Las regiones genómicas identificadas incluyen aquellas que son centrales para nuestros ritmos circadianos, así como genes expresados en el cerebro y en el tejido retiniano del ojo. El ciclo del reloj corporal es ligeramente más largo que el ciclo diario de 24 horas. La conexión del tejido ocular puede ayudar a explicar cómo el cerebro detecta la luz para «reiniciar» el reloj corporal cada día y para alinearse con el ciclo de 24 horas.
Nuestro ritmo circadiano está influenciado por los genes y nuestro estilo de vida, incluida, la dieta, la exposición a la luz artificial, así como nuestro trabajo actividades. Nuestro reloj corporal afecta a una amplia gama de procesos moleculares, incluidos los niveles hormonales y la temperatura corporal central, así como nuestros patrones de vigilia y sueño.
“El descubrimiento de los ritmos circadianos ganó el Premio Nobel de Medicina en 2017. Sin embargo todavía sabemos muy poco sobre cómo este afecta en el riesgo de adquirir ciertas enfermedades. Nuestra trabajo indica que parte de la razón por la que algunas personas son madrugadoras mientras que otras son más activos de noche se debe a diferencias en la forma en que nuestros cerebros reaccionan a las señales de luz externa y al funcionamiento normal de nuestros relojes internos. Estas pequeñas diferencias tienen efectos potencialmente significativos en la capacidad de nuestros relojes corporales seguir los ciclos de manera efectiva, lo que podrían alterar el riesgo de adquirir ciertas enfermedades y trastornos de salud mental” explica el autor principal del estudio, Dr. Samuel E. Jones, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter.
El Dr. Rachael Panizzo, Gerente de Programa de Salud Mental y Adicciones en el Consejo de Investigación Médica, declaró: “Sabemos que existen vínculos ente como funciona nuestro reloj corporal y nuestra salud y bienestar pero, hasta la fecha, hemos entendido poco de la parte genética. Ahora, con la ayuda de conjuntos de datos provenientes de fondos públicos como el UK Biobank, los investigadores pueden estudiar a una escala sin precedentes, la interacción entre la genética del ritmo circadiano y el riesgo de afecciones relacionadas con la salud mental como la esquizofrenia y la depresión”.
El estudio fue realizado gracias a una colaboración internacional y liderado por la Universidad de Exeter junto con el Hospital General de Massachusetts y fue financiado por el Consejo de Investigación Médica.