La próxima generación de espectáculos de ilumianción utilizará la tecnología de drones para elaborarlos. Fue durante las ceremonias de inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos de Invierno PyeongChang 2018 donde Intel utilizó los drones para realizar este tipo de espectáculos, pero también se ha utilizado este tipo de tecnología en la iluminación de Las Vegas Strip y en el Festival de Música y Artes del Valle de Coachella.
Según señala Anil Nanduri vicepresidente de New Technology Group y Gerente general de sistemas de aviación no tripulados en Intel Corporation, si bien los fuegos artificiales sorprenden tanto a los jóvenes como a los mayores, existen problemas de contaminación y seguridad, y muchas ciudades prohíben los espectáculos debido a las preocupaciones. Además, se sabe que el sonido de los fuegos artificiales tradicionales molesta a los animales de granja, las mascotas de la familia y los niños pequeños.
Entre las ventajas que proporciona este tipo de tecnología se encuentra el control programable e incluyen innovaciones que abordan eficazmente muchos de los problemas asociados con los espectáculos de fuegos artificiales tradicionales. Según señalan desde Intel, hace unos años, el CEO de Intel, Brian Krzanich, le preguntó al equipo si se podían usar drones para dibujar el logo de Intel sobre su sede. Una idea que desarrollaron con 100 drones controlados por un solo piloto.
Un equipo de la compañía desarrolló un nuevo hardware y software especialmente diseñado, para espectáculos de luces de drones. Una experiencia que se puede llevar a cabo en eventos deportivos, parques temáticos o celebraciones.
La tecnología empleada en estos espectáculos de luces de drones se puede aplicar a otras aplicaciones, incluida la búsqueda y el rescate, donde varios drones pueden buscar un caminante perdido o aplicaciones comerciales para grandes inspecciones de infraestructura que reducen el tiempo de inspección y mejoran la eficiencia.
Una tecnología que desde la empresa señalan que quieren ir incorporando de forma segura, responsable y escalable. Algo para lo que hará falta también el trabajo de las agencias reguladoras y clientes.