La Comisión Europea compara la situación de nuestro país en Innovación y Desarrollo ( I+D ) con la de Rumania, y en el informe Innovation Union Scoreboard 2015 (IUS) recientemente presentado indica “Junto con Rumanía, España es el único país con un descenso tan acentuado en el nivel de innovación”.
Según se desprende del informe, España ha perdido dos posiciones con respecto a la clasificación del año pasado y se sitúa en el puesto 19 de los 28 países miembros de la Unión Europea en cuanto a innovación. Este informe utiliza 25 indicadores distintos, que analizan diferentes áreas de la realidad económica y tecnológica del país: los sistemas de investigación, el desarrollo de las políticas de recursos humanos, el apoyo y la financiación que se conceden a los proyectos, la inversión de las empresas y el nivel de emprendimiento, entre otros. Basándose en los resultados de estas mediciones deduce la capacidad de innovación.
Sobre los 25 indicadores, España únicamente destaca en cuatro situándose por debajo de la media europea en la mayor parte de ellos. Por otra parte, países tradicionalmente menos avanzados en el rendimiento de innovación actual como Serbia, Chipre, Malta o Portugal, ocupan posiciones superiores en la tabla, que está encabezada en esta medida por Suiza, Suecia y Dinamarca.
España, crecimiento moderado de innovación mientras su rendimiento es negativo
Respecto a los líderes en crecimiento de innovación se trata de Letonia, Bulgaria y Malta, mientras que el rendimiento de innovación no ha mejorado para algunos estados manteniéndose igual, para Luxemburgo, Finlandia y Grecia las tasas medias anuales de crecimiento son ligeramente positivas, para Chipre son ligeramente negativas siendo la tasa de crecimiento medio anual marcadamente negativa para España y Rumania.
El informe también indica que España ha sido un país de “innovación moderada” desde 2007 hasta 2012, quinquenio en el que había registrado un crecimiento continuado. Sin embargo, desde entonces el rendimiento de la innovación ha descendido “significativamente” y ocupa ahora valores muy inferiores a los que registraba cuando la UE comenzó a elaborar el informe, hace ocho años, coincidiendo justo con el inicio de la crisis económica.
Esta posición de España se explica por la escasa inversión privada en investigación que está lastrando el desarrollo del tejido empresarial agravado por la crisis económica que persiste y los bajos ingresos por la venta de patentes en el extranjero. Por otra parte el importante descenso de las inversiones del capital riesgo, del 17% en el último año, y la caída en el número de empresas innovadoras que se crean en el país han contribuido también a la disminución de nuestro nivel de innovación.
Sin embargo unos de los valores más positivos se encuentran en los niveles de excelencia, atractivo y apertura de los sistemas de investigación españoles en los que si se ha crecido un 6,4%. Sin embargo no es suficiente en palabras de Carlos Moedas Comisario Europeo de Investigación responsable de la promoción del I+D, durante la presentación del informe, “España no está evolucionando como se esperaba y es algo que tendremos que examinar. Creo que los políticos españoles deben analizar estos datos y fijarse en lo que están haciendo los países que obtienen mejores resultados».
95,6 millones para ciencia, tecnología e innovación
Y poco se hace para contrarrestar la triste situación, ya que la concesión aprobada el pasado 14 de mayo por el Consejo de Ministros de un crédito extraordinario de 95,6 millones de euros para la ciencia, la tecnología y la innovación , no es más que un granito de arena.
Estos fondos se destinarán a reforzar las convocatorias de I+D+i recogidas en el Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2013-2016, que gestiona el Ministerio de Economía y Competitividad. Los fondos se destinarán a las convocatorias de recursos humanos y de proyectos investigación.
Por otra parte, La Secretaría de Estado de I+D+i publicará próximamente el Plan Anual de Actuaciones 2015, donde se incluyen: (a) contratos de formación, en sus distintas etapas, y de apoyo a la incorporación del personal de I+D+i en el Sistema; (b) ayudas para favorecer la movilidad; (c) ayudas para la realización de proyectos de I+D+i distribuidas, en función de sus objetivos, en los distintos subprogramas estatales; (d) ayudas destinadas a financiar programas de investigación de carácter estratégico en colaboración presentados por empresas y otras instituciones de I+D+i del sector público; (e) ayudas de dinamización ─de distinta duración y características─ destinadas a los usuarios del Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación para la consecución de objetivos estratégicos específicos ligados al Plan Estatal.
Fuente: Fundación Española para la Ciencia y la Tecnologia y Comisión Europea