Los láseres constituyen una forma más eficiente y precisa de dirigir la luz. Y precisamente la capacidad de direccionamiento y flexibilidad son las características básicas que requieren los sistemas de iluminación del automóvil. La tecnología láser es capaz de ofrecer estas prestaciones en un único conjunto como parte de un sistema óptico complejo.
Mientras la tecnología LED tiende a difundir la luz haciendo más difícil su control óptico, el láser permite enfocar y proyectar la luz exactamente donde se requiere combinando los beneficios de alta luminosidad que esta tecnología ofrece con la fiabilidad, larga vida, y la eficiencia de los LED.
Aunque de momento los LED son más eficientes en su capacidad de convertir la electricidad en luz, están a punto de ser batidos por el láser que va ganando terreno rápidamente. Sin embargo donde no hay duda es en la eficiencia global del sistema ya que los LED no son tan buenos en dirigir la luz y consumen más energía. Los láseres pueden transmitir su luz en una hebra de fibra óptica y perder sólo del 10 al 20 por ciento de su energía inicial, a diferencia de los LED que podrían perder hasta un 90 por ciento. En cuanto al consumo, en unas pruebas comparativas, unos antiguos faros halógenos consumieron unos 120 vatios de la batería de un coche, frente a unos de los mejores faros LED de la actualidad que consumieron unos 40 vatios, mientras las proyecciones para el láser apuntan a que su consumo caiga por debajo de los 30 vatios.
Funcionamiento de los faros láser
Para conseguir que el faro emita la luz requerida, blanca y perfectamente dirigida hacia la carretera, el láser es orientado en primer lugar hacia un reflector de fósforo. Este material tiene la propiedad de reflejar solo el espectro lumínico cuya temperatura e intensidad máxima se ajusta al máximo permitido por la normativa, que es de 6.000 lúmenes, lo que permite multiplicar por siete el alcance que tiene un faro halógeno. Por lo general la luz emitida por un faro de coche con lámpara halógena o LED convencional alcanza unos 100 metros, frente a las de descarga de Xenon, presentadas en 2001 por BMW o los nuevos faros full LED de Lexus, Toyota o Seat cuyo alcance es casi el doble pero con luz mucho más blanca, de unos 4.000 lúmenes. Frente a estos, surgen los láseres cuyo alcance es de hasta 700 metros, con una luz idéntica a la del sol y un consumo de una decima parte.
Las grandes marcas apuestan por el láser
BMW acaba de conseguir desbancar a las hasta hace poco punteras tecnologías de iluminación al introducir la tecnología láser como una opción en su BMWi8 cupé híbrido, mientras Audi ya lo hizo en su Sport Quattro. Y no serán las únicas ya que Mercedes está pensando en ello, incluso dándole una vuelta más de tuerca al utilizar la luz sobrante para proyectar imágenes en la carretera que marquen las indicaciones del navegador. Y muchas marcas planean introducir la iluminación láser en su producción.
Los diodos láser son significativamente más pequeños que sus rivales LED, por lo tanto, se pueden colocar en cualquier lugar de un vehículo y transmitir su luz a través de fibra óptica. Esta flexibilidad permite a los diseñadores mejorar el estilo de los faros, personalizar la marca de vehículo, ahorrar espacio y redistribuir el peso. Pronto otros fabricantes de vehículos, en colaboración con los proveedores de iluminación, desarrollarán y lanzarán sus propias aplicaciones de tecnología láser.
Refrigeración, el gran desafío
Siguen existiendo algunos obstáculos a la plena adopción del láser como por ejemplo la necesidad de reducir el tamaño de conjunto del sistema, mejorar la calidad y garantizar la durabilidad. Al igual que con los LED, la refrigeración del sistema supone un gran desafío. Una solución obvia es dirigir el flujo de aire directamente sobre las lámparas complementándolo con ventiladores motorizados o materiales conductores. También las numerosas medidas de seguridad deben ser consideradas y mejoradas significativamente.
Pronto láser para la iluminación general
Para la iluminación general, lo que hace que los láser sean atractivos es que la tecnología puede ser ensamblada mucho más densamente en un chip que lo que permiten los LED. Las lámparas basadas en láser no sólo serían más eficientes energéticamente en una base de coste por lumen, sino que también serian más flexibles, capaces de funcionar como focos o reflectores con el simple accionamiento de un interruptor.
Ver demostración de funcionamiento de faros láser de BMW en banco de pruebas