Las aves migratorias que realizan sus viajes estacionales dos veces años se enfrentan a muchos peligros. Para las especias que migran durante la noche, la contaminación lumínica en las ciudades se está convirtiendo en uno de ellos, ya que esta puede desorientarlos. Un nuevo estudio examina cómo la luz artificial en la noche y la cubierta arbórea urbana se asocian con la presencia de migrantes nocturnos a través de las estaciones.
Los científicos del Laboratorio de Ornitología de Cornell y de la Universidad Estatal de Colorado utilizaron las observaciones del program de “ciencia ciudadana” puesta en marcha por el propio laboratorio para estimar la riqueza de especies estacionales de aves paseriformes que migran de noche dentro de 333 zonas urbanas bien estudiadas de los Estados Unidos.
“Modelos la relación entre la riqueza de especies y el nivel de contaminación lumínica, la proporción de la cubierta arbórea, así como la cantidad de superficie impermeable, como el hormigón y asfalto de caminos y estacionamientos, a través de 333 áreas urbanas”, explica el autor principal del estudio Frank La Sor del Laboratorio de Cornell.
Los resultados, publicados recientemente en la “Environmental Pollution”, muestran que los mayores niveles de contaminación lumínica durante el invierno y el verano se asocian con la presencia de menos especies. Sin embargo, una mayor contaminación lumínica dio lugar a un mayor número de especies durante la migración de primavera y otoño. Estos hallazgos vendrían a reforzar lo que otros estudios han descubierto: que los migrantes nocturnos son atraídos por la luz artificial durante la noche, lo que a menudo los deja desorientados y vulnerables.
Como era de esperar, el mayor número de especies se encontró en las zonas urbanas durante la migración de primavera y otoño y el menor durante el invierno y el verano. En los lugares donde había más cubierta arbórea, también había un mayor número de especies durante el verano y especialmente durante la migración. Un aumento del 10% en la proporción de la cubierta de copas de los árboles se asoció con un aumento del 2,0% en la riqueza de especies de aves durante la migración de primavera, un aumento del 1,8% durante la migración de otoño y un aumento del 0,9% durante el verano.
“También encontramos que la mayor riqueza de especies durante el invierno se asociaba a mayores concentraciones de superficie impermeable”, dice La Sorte. “Creemos que esto se debe al efecto de ‘isla de calor’ urbana, que tiene el potencial de reducir el estrés por frío y aumentar las densidades de insectos para estas especies”.
Los autores del estudio dicen que sus conclusiones destacan el valor de la cobertura de las copas de los árboles en las zonas urbanas durante la migración y la temporada de reproducción, y la importancia de reducir la contaminación lumínica durante la migración cuando es probable que se produzcan los efectos adversos más importantes para las poblaciones de aves migratorias.