Autor: Joaquín Larrosa. Director de alumbrado para Administraciones Públicas en Signify España y Portugal.
Las nuevas tecnologías IoT/TIC y los modelos de datos y servicios asociados a ellas ofrecen un amplio abanico de posibilidades a la hora de modernizar los servicios, pero también traen consigo una gran complejidad. Por este motivo es clave establecer una hoja de ruta desde el principio, como la que ofrecemos desde Signify, líder mundial en iluminación, para que el proyecto de iluminación inteligente siga el camino adecuado a cada necesidad. Es decir, establecer los objetivos que vayan a permitir escalar al proyecto en base a un entorno en constante cambio y actualización.
Es precisamente esta complejidad la que está retrasando en muchos casos la implantación de estas tecnologías. Apenas el 5% de las instalaciones de alumbrado disponen de un sistema conectado punto a punto o de regulación en grupo que permita adecuar el alumbrado a las necesidades y husos horarios. Según Northeast Group, Global LED and Smart Street Lighting (2022) se espera que para 2027 alcancen el 29%. Sin embargo, en España estamos a punto de llegar al 50% del alumbrado público con tecnología LED.
En este sentido, ante el gran reto que se nos plantea con el cambio climático debemos tomar una visión diferente del alumbrado y aprovechar los beneficios de la iluminación inteligente. El alumbrado conectado permite alcanzar ahorros superiores al 80%, como el que ofrece el sistema Interact, frente a poco más del 60% que conseguimos con el alumbrado LED sin conectar. En esta lucha por alcanzar el equilibrio del planeta, cada vatio cuenta, pero esos vatios proceden del correcto uso de la luz, es decir de cada lumen que emitimos y por tanto de cada byte de los datos que los gestionan.
El problema es que a pesar de que la tecnología ya está disponible, todavía no encontramos el momento o la forma de implantarlas. El tiempo que tardamos en aplicarla juega en contra de la acción por clima. Actuar ya por el planeta desde todos los ámbitos es crucial y ahora tenemos la oportunidad de acelerar el ritmo gracias a los fondos europeos.
Estas actuaciones pueden ser vistas como un viaje en el que lo importante es ponernos en marcha y hacer camino. De esta forma, cada camino se podrá recorrer desde las necesidades que estas tecnologías pueden cubrir, partiendo de las más básicas y concretas basadas en sistemas autónomos hasta progresivamente las más avanzadas y abstractas que permiten los sistemas de iluminación inteligente en diferentes tipologías de comunicaciones y de tipos de software.
1. ¿Qué aporta la iluminación inteligente a las ciudades?
La importancia que la infraestructura de alumbrado representa para la calidad de vida y las actividades cotidianas de las ciudades está muy clara para todos los agentes relevantes de una ciudad. Aunque es cierto que, si profundizásemos en cada uno de estos actores, nos encontraríamos perspectivas muy diferentes sobre este servicio. Esta visión nos dará una escala de requisitos del alumbrado público que podemos jerarquizar según esas necesidades sean más básicas o aspiracionales.
Por otro lado, si estableciéramos otra escala similar de requisitos de los servicios públicos, veríamos las relaciones que se establecen entre ellas. Cuando definimos una ciudad inteligente, pensamos en una ciudad capaz de cubrir todos estos requisitos mediante servicios públicos avanzados, es decir capaces de aprovechar las innovaciones que mejoran la percepción de estos servicios en los diferentes agentes de la ciudad.
De la misma forma, cuando hablamos de innovación, entendemos las Tecnologías de la Información y la Comunicación como agentes dinamizadores de estos cambios en los procesos de los servicios públicos y las relaciones entre los agentes de la ciudad para darlos y recibirlos.
Desde esta perspectiva el alumbrado tiene una posición privilegiada para cumplir estos requisitos, no solo por sí solo y en su función más básica de permitir la visibilidad, sino también a otros servicios que se benefician de su presencia actualmente y que lo podrán hacer aún más en un viaje hacia la mejora continua, gracias a los beneficios de la iluminación inteligente.
El reto del alumbrado es cómo llegar a dotar a todos los espacios de la ciudad de esos servicios. Claramente se trata de una evolución desde el punto de partida que existe en cada ciudad hasta una meta llena de aspiraciones y posibilidades.
Esta evolución puede ser entendida como un viaje con un punto de partida y un destino. Como todo viaje sabemos el punto de partida, pero las circunstancias y elementos que van a variar durante el mismo nos hacen imposible definir una hoja de ruta fija. En ese contexto el dilema es pensar sobre qué es más importante si llegar a un objetivo ambicioso y visionario que pueda llevarnos décadas y generaciones de ciudadanos conseguirlo o marcarnos etapas más realistas y concretas para disfrutar del viaje en sí mismo, estando dispuesto a que la siguiente etapa pueda cambiar esa meta a largo plazo.
2. ¿Cómo son los primeros pasos de este viaje hacia la iluminación inteligente?
Es importante saber qué dirección queremos tomar. Las alternativas son varias, pero podíamos agruparlas en estas cuatro, como si se tratarán de los puntos cardinales:
- Ahorrar energía
- Que haya luz solo y para lo que sea necesario
- Utilizar la red de alumbrado para poder dar otros servicios
- Generar valor con los datos del alumbrado
En función de esa dirección principal y nuestros recursos, daremos pasos más largos o más cortos, pero es importante que estos pasos más cortos nos sirvan como avance para dar otros pasos posteriores.
3. Principales paradas en el camino de la iluminación inteligente
Para cada una de estas cuatro direcciones principales veremos a continuación cómo serían esos pasos. Los analizaremos desde un punto de vista analítico mediante tablas en las que indicaremos de forma relativa:
- Coste económico de inversión que puede tener ese camino.
- Ahorro energético que nos aporta sobre una solución LED simple.
- Escalabilidad que estas soluciones tienen en la tabla indicando hasta que otro paso podemos llegar aprovechando la inversión realizada y simplemente ampliando elementos de control o servicios.
- Reversibilidad de dicha solución en caso de querer volver hacia atrás en los servicios que hayamos contratado o desmontando los elementos de hardware de control que ya no necesitemos.
- Coste económico que el servicio que dispone de dichas funcionalidades no va a generar en cuanto a gastos anuales de mantenimiento.
4. ¿Qué es lo más importante en este camino hacia de la iluminación inteligente?
En un viaje tan largo, es normal que las circunstancias cambien y haya que rectificar el rumbo. Para ello sería necesario que los pasos fueran reversibles y que conociéramos las conexiones entre los caminos. De esta forma no estaríamos obligados a seguir una sola ruta y podríamos explorar todas estas alternativas en una ciudad y a lo largo del tiempo.
Por tanto, la mejor herramienta es tener un mapa de posibilidades y así navegar en diferentes hojas de ruta y adaptarnos a situaciones que cambian por motivos tecnológicos, regulatorios, sociales, políticos, económicos, etc. Además, es necesario valorar en cada etapa las actuales y futuras ventajas (ahorros, flexibilidad, posibilidades…) e inconvenientes (restricciones, costos, obsolescencia…)
En definitiva, podemos decir que la conclusión es el dilema en sí. La satisfacción de alcanzar un objetivo propuesto o recorrer el camino y aprender en cada paso.
Imágenes: Signify