Un nuevo estudio de mercado de Juniper Research muestra como el número de edificios que desplegarán tecnologías inteligentes en todo el mundo alcanzarán los 115 millones en 2026, frente a los 45 millones actuales (2022).
Este crecimiento de más de 150% refleja la creciente demanda de eficiencia energética tanto por parte de las empresas como de los residentes, a medida que los costes de energía se siguen disparando.
Juniper Research define un edificio inteligente como un edificio que utiliza la conectividad para permitir un uso económico de los recursos, al tiempo que crea un entorno seguro y confortable para los ocupantes.
Predominio de los Edificios Inteligentes no residenciales
El estudio revela que los edificios inteligentes no residenciales representarán el 90% del gasto global en smart buildings en 2026, a un nivel similar al de 2022. Este predominio se debe a las mayores economías de escala de los locales comerciales que impulsan este gasto, así como al enfoque comercial de la mayoría de las tecnologías de edificios inteligentes.
La coautora del estudio, Dawnetta Grant, explicó: “Los proveedores de plataformas de edificios inteligentes se centrarán, comprensiblemente, en los casos de uso no residencial, ya que estos proporcionan un mayor retorno de la inversión, pero no deben descuidar la importancia de los despliegues residenciales, ya que las preocupaciones ambientales se intensifican”.
Crecimiento en el envío de sensores para edificios inteligentes
La investigación también muestra que los envíos mundiales de sensores superarán los mil millones anuales en 206, frente a los 360 millones de 2022, lo que representa un crecimiento del 204%.
Los sensores, combinados con plataformas de gestión inteligentes, permitirán a los edificios adaptarse a las condiciones, ajustando elementos como la iluminación, la calefacción y la ventilación a las necesidades de los ocupantes.
El informe recomienda a los proveedores de edificios inteligentes que se asocien con proveedores de inteligencia artificial para maximizar los beneficios de la automatización, como la reducción de costes energéticos y la mejora de los entornos de trabajo.
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