Durante la segunda edición del Foro de Economía Circular -coorganizado junto al Área de Sostenibilidad Medioambiental del Ayuntamiento de Málaga- que ha tenido lugar en el marco de Greencities 2019, se han podido abordar diversos temas de relevancia, caso de la vida útil de los productos y la obsolescencia programada.
Así, en su exposición sobre la obsolescencia y el futuro de la economía circular, Carlos Bejarano, secretario general de la Federación Andaluza de Electrodomésticos y otros Equipamientos del Hogar (Fael), ha comenzado hablando de las ecotiendas FAEL, 1.200 puntos de venta en Andalucía con recipientes preparados para recoger el reciclado de pequeños aparatos. Solo durante el año pasado, se han reciclado más de 6.600 toneladas en Andalucía. De esta manera, se está contribuyendo al desarrollo local sostenible y aportando valor a la regeneración de los territorios. Sin embargo, según el secretario general de FAEL, “la sostenibilidad no pasa sólo por el reciclaje. Necesitamos un cambio en la sociedad, poner en mente de la ciudadanía el concepto multi-R de economía circular”.
Bejarano ve como dificultad añadida el hecho de que desde la distribución no se controlan todos los productos, sino solo los que les llegan del fabricante. “En este sentido, nosotros somos un agente más”. Ha apuntado como tendencia a favor de la economía circular, “las tiendas que vuelven a recuperar el servicio de reparación, desaparecido en los años de bonanza económica”.
El experto ha formulado la pregunta de si necesariamente necesitamos tener la propiedad de los electrodomésticos que usamos. En aras de buscar modelos sostenibles, ha sugerido que quizá un camino sea el renting a consumidores, “puedes tener la lavadora no en propiedad sino en uso”. También apunta el “pago por uso”, como se está haciendo en sectores como el del automóvil.
Reflexionando sobre la obsolescencia programada, Bejarano ha definido diferentes tipologías según numerosos criterios y ha aportado ejemplos concretos, como el acceso a los productos versus la calidad: hoy, ha comentado el ponente, “muchas más familias tienen acceso a determinados electrodomésticos”. Pero en este camino, “se han bajado las calidades y eso también incide en la obsolescencia de los aparatos”.
En su análisis, ha comentado que antes de la crisis se desechaban muchos aparatos por modas y, hasta 2007, “no dábamos una segunda y tercera vida al producto”. La normativa y el control de su cumplimiento son, en muchos casos, en su opinión, “un freno a la entrada de determinados productos en el mercado”. Aunque, ha añadido, “siempre habrá otros mercados que sí admitan ese tipo de productos no sostenibles”.
Como dificultad añadida, ha señalado que en los productos de e-commerce a veces sí son marcas homologadas, pero otras veces aparecen productos que no lo son o que no cuentan con todas las garantías. Su propuesta es un aumento del control en las ventas online. En este sentido, también ha hecho mención del impacto de las falsificaciones en el mercado español, que produce el cierre de unos 5.000 comercios al año o, lo que es lo mismo, 12.000 empleos menos.
Greencities ha sido el punto de encuentro de los agentes vinculados al desarrollo de los territorios inteligentes, conectados y sostenibles. Además, ha congregado a más de 200 expertos para reflexionar sobre los nuevos retos que afrontan las ciudades del futuro. Asimismo, un tejido empresarial innovador ha mostrado sus propuestas tecnológicas más vanguardistas para la gestión avanzada de las ciudades y los territorios.