Muchos principios, propuestas y motivaciones expusieron los cinco invitados en el debate que duró algo más de 2 horas, sobre el borrador del nuevo reglamento de alumbrado exterior que está en fase de audiencia pública y en el que smartlighting LIVE, el canal audiovisual de la editorial smartlighting, quiso poner su granito de arena. Y se celebró, con el fin de hacer público ese debate y por supuesto con el ánimo de entender y acercar posiciones. El periodo de alegaciones que tiene abierto actualmente el Ministerio de Industria finaliza el próximo 30 de septiembre.
Como moderador de este interesante debate puedo decirles que se puede debatir y sacar muchas conclusiones finales sobre si este reglamento abarca de manera «eficiente» todos los «problemas» actuales de nuestro alumbrado púbico. ¿Se puede hacer mejor? Probablemente si, al menos aquello que si se busca siempre encontraremos, y es un articulado que sea lo suficiente ambicioso en aspectos que consideramos importantes o esenciales y en el que el regulador debería ser más sensible. También, es probable que técnicamente pudiera ser mejor, cumpliendo así el objetivo principal de toda norma o reglamento que es prevenir conflictos. Es muy difícil, dar con el pleno.
Pero miren, de este encuentro digital sobre el borrador del reglamento en el que «son todos los que estaban, pero no estaban todos los que son», me quedo con varias cuestiones en mi opinión más importantes para seguir avanzando en ese bien público que es el alumbrado exterior. En primer lugar, somos de los pocos países que se han dado un reglamento de alumbrado exterior y eso ya dice mucho de nuestro legislativo y sobre todo de nuestro sector que empuja con fuerza. Sector que lo conforma un tejido industrial y empresarial muy importante, lo conforman las asociaciones de la industria que aglutinan a las empresas y autónomos con distintas actividades de la cadena de valor. Sector del que forman parte también, los Institutos Tecnológicos, la importante comunidad científica, las distintas plataformas y asociaciones fruto de iniciativas ciudadanas y de colectivos profesionales que, todo ellos, trabajan honestamente en su día a día, para que seamos mejores. Si, sencillamente que seamos mejores. Que las cosas se hagan mejor. Que tengamos un alumbrado perfecto en nuestras ciudades y pueblos. ¿Cómo es un alumbrado público perfecto? Déjenme darles una definición que me dio mi querido Fernando Ibáñez, presidente del CEI en una entrevista en el 2017 con motivo de la publicación de un especial sobre alumbrado público: «Es aquel que con cumplimiento exhaustivo de las normas y recomendaciones tanto en niveles, como calidades, implantación, etc. proporciona el servicio adecuado, cumplimiento de las funciones de diseño y de las necesidades ciudadanas con máximo respeto para el medio ambiente».
Y este querer hacer las cosas bien , en mi opinión, se vio en el debate del pasado jueves. Creo que el debate rezumó trabajo y honestidad por parte de todos los invitados que representaban a sus organizaciones y que trabajan para que nuestro alumbrado público sea mejor y que los ciudadanos disfrutemos de un excelente servicio.
Miren, llevo aproximadamente 10 años en este gran sector de la iluminación. Una década tampoco es mucho tiempo para conocer la profundidad de esta industria tan importante que es hacer, entre otras cosas, que «el mundo no se pare cuando se esconde el sol», pero si, les digo que me ha tocado vivir, probablemente la mejor, la más intensa y disruptiva década y que ha coincido con la puesta en marcha de esta editorial, para que precisamente recogiese y contase este apasionante momento. Mi labor como editor me ha llevado a mi y a mi magnífico equipo editorial a estudiar intensamente, para tener perspectiva de esta industria y creo que me darán la razón, si les digo que el momento que estamos viviendo no se ha vivido nunca. Un momento de desarrollo de tecnologías fotónicas y de la iluminación como nunca antes se había desarrollado, de continua mejora y cuidado del producto en todos sus aspectos, de mejora de los proyectos e instalaciones, de formación de los profesionales que conforman esta gran industria, de generación de equipos multidisciplinares motivados por la transformación digital, de investigación científica y universitaria y por supuesto del nacimiento de una sensibilidad ciudadana y política en esta materia, del que nacen colectivos e iniciativas ciudadanas que ahora si se interesan sobre la importancia de los efectos de la luz en las personas y en el medio ambiente. En definitiva de hacer grande a este sector. Repito, nunca antes se había puesto en marcha una «maquinaría» tan importante centrada en la iluminación.
¿Creen que en el anterior reglamento del 2008 hubo tanto debate, tanto trabajo y tanta expectación? Que algún «viejo lobo» me lo diga, pero me voy a atrever a decir que ni de lejos. Y me quedo con esto. Que todos, desde la honestidad quieren que «las cosas mejoren» que creo que es el gran principio de esta industria y que se vio reflejado en el discurso de todos los invitados que tuvimos en el programa. Con sus diferencias, pero con el objetivo común de querer a este sector con pasión y de quererlo mejorar. ¡Bravo!
Muchas gracias a los que participaron en este debate público por su valentía y compromiso y por su trabajo y dedicación demostrados. Y muchas gracias a gran parte de este sector que estuvo viéndonos en directo y participando a través de las redes sociales. Gracias también a todos aquellos que se interesarán por verlo en los próximos días o semanas en nuestro canal.
Les dejo con el debate y les invito a ser críticos con honestidad y desde el compromiso de construir sector. Les esperamos en nuestras publicaciones y en nuestras redes sociales.