La agricultura vertical doméstica se está consolidando como una prometedora solución para cultivar alimentos de manera local en hogares y restaurantes. Este sistema permite el cultivo de microvegetales todo el año en espacios reducidos, como una respuesta efectiva a los desafíos de la agricultura urbana. Sin embargo, esta tecnología todavía tiene que superar desafíos claves, como son el elevado consumo energético asociado a su operación.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Politécnica de Marche y la Universidad de Australia del Sur ha profundizado en este tema, evaluando la sostenibilidad energética de estos sistemas agrícolas emergentes. En concreto, los investigadores evaluaron el consumo de electricidad de un cultivador doméstico para lechugas, utilizando medidores inteligentes para proporcionar información en tiempo real sobre el uso de electricidad y las demandas máximas.
Los resultados, publicados recientemente en el Taller Internacional IEEE de 2024 sobre Metrología para el Medio Ambiente de Vida (MetroLivEn), muestran como la iluminación artificial, esencial para el crecimiento de las plantas, representó más del 50% de los costes totales de energía en el cultivo de una cosecha de lechuga roja, que es cinco veces mayor que las configuraciones de agricultura vertical profesional. Asimismo, los sistemas de ventilación e irrigación también representaron una parte significativa del uso total de energía, consumiendo el 18 % y el 9 % de los costes de energía, respectivamente.
“La agricultura vertical de interior tiene un potencial significativo para contribuir a la agricultura urbana al posibilitar el cultivo durante todo el año en espacios compactos. Sin embargo, el consumo de energía, particularmente de los sistemas artificiales de iluminación y ventilación, debe gestionarse cuidadosamente para garantizar que estos sistemas no solo sean viables, sino también sostenibles a largo plazo”, explica el autor principal de la investigación el Dr. Gianluca Brunetti.
Los investigadores proponen varias mejoras para estos dispositivos. El cambio a iluminación LED, la mejora en la eficiencia de los sistemas de ventilación y un diseño más eficiente del aparato podrían reducir significativamente el consumo de energía. Además, la transición hacia fuentes de energía renovables potenciaría aún más los beneficios ambientales de estos sistemas.
Aunque los cultivos verticales interiores todavía están en sus primeras etapas, se espera que el mercado crezca sustancialmente en la próxima década, en línea con la tendencia hacia ciudades más sostenibles. La agricultura vertical es vista como una tecnología potencialmente eficiente en recursos que puede ahorrar agua, nutrientes, trabajo y espacio. También podría producir cultivos fuera de temporada y protegerlos de plagas.
El estudio también sugiere la adopción de etiquetado energético, similar al utilizado en otros electrodomésticos, para ayudar a los consumidores a tomar decisiones informadas sobre la sostenibilidad de estos dispositivos. Este paso no solo aumentaría la transparencia, sino que también podría influir positivamente en las decisiones de compra, promoviendo dispositivos más eficientes.
En conclusión, los jardines verticales domésticos ofrecen un enfoque innovador y prometedor para la agricultura urbana, pero es fundamental abordar los desafíos relacionados con el consumo de energía para maximizar su viabilidad y sostenibilidad. Con la implementación de mejoras tecnológicas y un compromiso con la eficiencia energética, el futuro de la agricultura vertical en ambientes controlados luce prometedor y alineado con los objetivos de desarrollo sostenible.
Fuente de imágenes: Freepik . Imágenes de catálogo que no tienen que ver con la investigación.