Ya estamos más cerca de que en los hogares españoles se triplique de los 100 megabits que hoy se pueden tener a los 300 Megas. Esta potencia nunca experimentada situará a España a la altura de los líderes mundiales del sector.
Como en todos los temas de infraestructuras, cuando aparecen progresos hay quien los ve excesivos, pero lo cierto es que el potencial de los 300 megas radica en su proyección, en cómo va a ir cambiándonos la vida poco a poco.
Para que podamos entender la importancia del ancho de banda es fundamental en primer lugar considerar como ha evolucionado el consumo audiovisual. En los últimos años hemos pasado de las “descargas” al “Streaming” y al almacenaje de los contenidos en la nube. Es decir, acceder a estos contenidos para visualizarlos “on line” exige mucho más ancho de banda. Así cada vez aparecen más aplicaciones, muchas gratuitas que guardan las fotos o los vídeos en la nube, y este tipo de uso es el que más tráfico de datos consume porque el usuario exige instantáneamente en cualquier prestación. Según los expertos, la velocidad ya no se mide en cuántos archivos puedo bajar por segundo, sino cuánto tengo que esperar como usuario para cargar esta o aquella aplicación, es decir, que la satisfacción de la experiencia del usuario se mide en la accesibilidad de lo que tenemos en la nube como si la tuviéramos en el ordenador.
Son muchos los usuarios que se van a beneficiar de los 300 megas, como la telemedicina, la videovigilancia doméstica y por supuesto las smartcities con sus necesidades que van desde la conexión de infraestructuras energéticas al transporte. Pero con todo, el usuario que más va a agradecerlo es el aficionado a los videojuegos en la red.
En el hogar vamos a notar mejoras substanciales en las horas punta en las que unos están viendo televisión por fibra, otros viendo videos en Youtube y usted que está trabajando a través de videoconferencia por Skype. Seguro que lo va a agradecer. No obstante, pasar de los 100 a los 300 megas no supondrá un cambio radical de un día para otro. La mejora será paulatina y se notará a medida que aumenten las aplicaciones y se vaya creando un caldo de cultivo que favorezca el desarrollo de más actividades audiovisuales en “Streaming”.
Pero más allá de los cambios en la vida cotidiana lo verdaderamente importante es la influencia a largo plazo que pueden tener los 300 megas en el desarrollo de la economía digital de un país, y es que tener banda ancha de alta calidad y bajo coste es fundamental para la innovación y la productividad de las empresas y para que los modelos de negocios sean más eficientes. La clave, evidentemente, es que el precio sea competitivo para que la sociedad pueda beneficiarse.
Como conclusión, hay que tener en cuenta que hay zonas de las ciudades españolas a las que todavía no llegan los 100 megas de la fibra óptica. Aumentar a 300 es muy beneficioso para el desarrollo , pero no hay que olvidar lo importantísimo para el progreso de nuestro país apoyar la digitalización de las pymes. El ancho de banda influye en el PIB y crea un ecosistema favorable para el proyecto de país.