El incremento del uso de la luz artificial en la noche en todo el mundo ha hecho que surjan muchas investigaciones para evaluar cómo este fenómeno puede estar afectando a los organismos nocturnos y el funcionamiento de ecosistemas, reconociéndose como un motor de cambio global. Por ejemplo, la luz artificial en la noche puede interferir en procesos ecológicos vitales como la polinización nocturna de las plantas por los insectos nocturnos, que podrían tener consecuencias para el rendimiento de los cultivos agrícolas y la reproducción de las plantas silvestres.
Científicos de la Universidad de Zurich y Agroscope han demostrado en una investigación como la luz artificial en la noche también puede afectar de forma negativa al comportamiento de polinización de los insectos durante el día.
Los investigadores hicieron un experimento utilizando farolas de alumbrado público comerciales para iluminar diferentes comunidades naturales de plantas y polinizadores durante la noche en seis praderas naturales. En estas se instalaron farolas LED comerciales de 6 metros de altura, con una temperatura de color de 4.000 K y un flujo luminosos de 6.800 lm.
El equipo se centró en 21 especies de plantas naturales y los insectos de las orden Diptera, Hymenoptera y Coleoptera. El objetivo era probar si la luz por la noche también puede cambiar las interacciones de una comunidad de plantas y polinizadores durante el día.
“Nuestros hallazgos indican por primera vez que la luz artificial en la noche altera el número de interacciones planta-polinizador durante el día, dependiendo de la especie vegetal. Tres especies de plantas recibieron significativamente menos visitas de polinizadores durante el días, mientras que otras las visitas fueron ligeramente menores”, explica Eva Knop del Programa de de Investigación de la de Cambio Global y Biodiversidad de la Universidad de Zurich y Agroscopio
Curiosamente, la actividad del polinizador nocturno también varió en presencia de luz artificial. Por ejemplo, los geranios forestales (Geranium sylvaticum) en praderas iluminadas y oscuras recibieron el mismo número de visitas de polinizadores, pero no por los mismos insectos: mientras que los insectos dípteros redujeron sus visitas a plantas que se iluminaban durante la noche, los escarabajos (Coleoptera) tendieron a aumentar sus visitas. Otras dos especies de plantas exhibieron tendencias similares. Esto demuestra que la luz artificial en la noche puede alterar las interacciones diurnas planta-polinizador, pero la dirección del cambio depende de la especia de la planta.
Los resultados de esta investigación vienen a confirmar por tanto que las consecuencias de la luz artificial no se limitan a la noche, sino que también pueden propagarse durante el día al alterar la interacción de las especies y potencialmente las funciones del ecosistema que dependen de ella, como la polinización.
“Dado que los insectos desempeñan un papel vital en la polinización de cultivos y plantas silvestres y ya están en peligro por la destrucción del hábitat y el cambio climático, independientemente de la luz artificial, es importante estudiar y aclarar estos mecanismos indirectos”, dice Knop.
Sobre la base de sus hallazgos, Knop y sus colegas piden que se investigue más a fondo el impacto ecológico de la contaminación lumínica y que se diseñen acciones para evitar efectos adversos en el medio ambiente. Dicen que ven maneras “de hacer esto a pesar de que la luz artificial es una característica integral de las áreas pobladas. El alumbrado público, por ejemplo, podría diseñarse cuidadosamente en combinación con nuevas tecnologías para reducirlo al mínimo”.
Puede consultar el paper de investigación completo en el siguiente enlace:
https://www.nature.com/articles/s41467-021-22011-8