El verano es la temporada del año donde las picaduras de mosquitos se extiende y ciudades en muchos países reportan un mayor número de casos del Virus del Nilo Occidental (VNO), causante de la fiebre del Nilo Occidental. Este se encuentra de forma común en África, Europa, el Oriente Medio, América del Norte y Asia occidental; y se mantiene en la naturaleza mediante un ciclo que incluye la transmisión entre aves y mosquitos, pudiendo afectar a seres humanos, caballos y otros mamíferos. La infección en el ser humano suele ser el resultado de las picaduras de mosquitos que se infectan cuando pican a aves infectadas, en cuya sangre circula el virus durante algunos días.
Una nueva investigación encuentra que los gorriones domésticos expuestos a la luz artificial en la noche mantienen una mayor carga del Virus del Nilo Occidental (VNO) durante más tiempo que aquellos que pasan sus noches en oscuridad.
El estudio publicado en la revista científica “Proceeding of the Royal B”, concluye que los gorriones infectados que viven en condiciones de contaminación lumínica permanecen con esta infección durante dos días más que aquellos que no lo hacen, lo que incrementa su propensión a propagar la infección a otros huéspedes y vectores. A su vez, los modelos matemáticos muestran la probabilidad de que este efecto aumenta la probabilidad de un brote de Virus del Nilo Occidental en aproximadamente un 41%.
“Estos hallazgos pueden ser la primera prueba de que la contaminación lumínica puede afectar la propagación de enfermedades zoonóticas. Muchos huéspedes y vectores usan señales de luz para coordinar los ritmos diarios y estacionales, ya que se encuentran entre las señales más confiables, y la interrupción de estos ciclos a la exposición de luz en la noche podría afectar la respuesta inmunes, generado los efectos que vemos en esta investigación”, declaró la autora principal del estudio, Meredith Kernbach, estudiante de doctorado en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Florida del Sur.
Los investigadores escogieron a los gorriones comunes, ya que viven cerca de los humanos en las áreas urbanas, albergan una serie de parásitos y enfermedades, y son portadores frecuentes del Virus del Nilo Occidental. Si bien las aves expuestas a la contaminación lumínica permanecen infectadas durante un periodo de tiempo más largo, esto no hizo aumentar su tasa de mortalidad.
Estos resultados están en consonancia con un estudio previo dirigido por la Universidad del Sur de Florida que encontró que las aves “diamantes cebra” que tienen la hormona de estrés aviar corticosterona (CORT) son más susceptibles a las picaduras de mosquitos. Se sabe que este estrés es causado por una serie de factores, como el ruido de la carretera, los pesticidas y la contaminación lumínica. Los investigadores sugieren la creación de nuevas tecnologías de iluminación que sean detectables para los humanos, pero no para la vida silvestre.