En el ámbito de los estudios urbanos y la planificación de ciudades, el crecimiento y la prosperidad futura de los centros urbanos dependen en gran medida de su habilidad para adaptarse y recuperarse ante adversidades y transformaciones provocadas por una variedad de amenazas. En este contexto, el concepto de resiliencia se ha convertido en un pilar esencial, ejemplificado por iniciativas internacionales como el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres (2015-2030).
Sin embargo, la implementación de estas directrices a nivel local, también ha generado críticas sobre su efectividad para mejorar la gestión y práctica del riesgo local, especialmente en países de ingresos bajos. Estas críticas resaltan problemas crónicos de gobernanza, a menudo agravados por legados coloniales, diversas culturas y enfoques de gobernanza, y desafíos económicos variados.
Un nuevo estudio titulado como Hacia Ciudades Resilientes a los Peligros: Investigación Comparativa sobre Políticas Relacionadas con la Resiliencia y Prácticas Locales en Cinco Ciudades del Mundo” y publicado en la revista Landscape Architecture Frontiers, ofrece una análisis comparativo de las políticas de resiliencia y las prácticas locales en cinco ciudades: Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Gran Manchester (Reino Unido), Changsha y Wenchuan (China), y San Juan (Puerto Rico).
La investigación propone un marco para analizar la resiliencia de los sistemas urbanos en siete dimensiones interrelacionadas: social/comunitaria, tecnología/infraestructura, ambiente-clima, económico/sustento, político/gobierno, cultural/cosmovisiones y urbano-rural/espacial.
Este modelo presenta tres implicaciones clave para el análisis del riesgo de desastres y el desarrollo de estrategias de resiliencia efectivas. Primero, subraya que los factores que determinan el riesgo de desastres y la capacidad de resiliencia incluyen tanto elementos materiales como humanos. Segundo, las siete dimensiones identificadas proporcionan insights valiosos tanto sobre los riesgos presentes como sobre posibles enfoques para fortalecer la resiliencia. Tercero, el estudio teórico sobre la resiliencia en las ciudades demanda una perspectiva de diseño de alto nivel y un entendimiento sistemático de los mecanismos urbanos, considerándolos como sistemas socioambientales complejos. Este enfoque tridimensional es esencial para entender los riesgos de desastres y para desarrollar estrategias efectivas de resiliencia.
La investigación combinó, por tanto, un análisis de políticas y una revisión de prácticas locales para proporcionar una perspectiva detallada sobre las estrategias de resiliencia en las cinco ciudades. La adaptación de infraestructuras hídricas en Ciudad del Cabo, la adaptación climática y la colaboración multisectorial en Gran Manchester, la planificación gubernamental y la participación comunitaria en Changsha, los métodos de recuperación posdesastre en Wenchuan y la respuesta a riesgos urbanos en San Juan, resaltan la importancia del liderazgo gubernamental, el apoyo financiero y el compromiso comunitario en el fortalecimiento de la resiliencia
No obstante, un desafío común observado en estas ciudades es la insuficiente atención a las perspectivas culturales y a las dimensiones espaciales urbano-rurales en la planificación gubernamental. Superar este obstáculo es crucial para manejar efectivamente los riesgos tecnológicos y mitigar los riesgos sociales interconectados. Además, valorar las tradiciones puede impulsar la participación comunitaria y fortalecer la cooperación entre actores clave para incrementar la resiliencia urbana.
En conclusión, las ideas derivadas de esta investigación ofrecen valiosas lecciones para las ciudades de todo el mundo que se enfrentan a los cambios climáticos y los desastres naturales, contribuyendo a la búsqueda continua de futuros urbanos resilientes y sostenibles.
Puede acceder al paper de la investigación a través del siguiente enlace:
https://journal.hep.com.cn/laf/EN/article/downloadArticleFile.do?attachType=PDF&id=37887
Imagenes: Dall-E