La melatonina es una molécula presente en casi todos los seres vivos, desde bacterias hasta humanos. Independientemente de la especie considerada, esta hormona secretada por la glándula pineal siempre se produce durante la noche y está estrechamente ligada con el ciclo luz/oscuridad. La señal circadiana depende de su regularidad de producción diaria, del contraste entre las concentraciones diurnos y nocturnos, y de formas de acción específicas especialmente desarrolladas. Estas formas de acción única convierte a la melatonina en una molécula biológica que actúa en el dominio del tiempo.
Sesenta años después de que se aisló la melatonina y con más de 23.000 estudios publicados que muestran las múltiples funciones de esta hormona, un nueva investigación, publicada en la revista Endocrine Reviews, discute y establece las pautas para su uso terapeútico. José Cipolla Neto, profesor titular del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de São Paulo (ICB-USP), y Fernanda Gaspar do Amaral, profesora de la Universidad Federal de São Paulo (UNIFESP), son los autores principales de la investigación.
«La melatonina no solo adapta el organismo al descanso nocturno, sino que también lo prepara metabólicamente para el día siguiente, cuando, por ejemplo, deberá ser lo suficientemente sensible como para absorber alimentos. Si la producción nocturna de melatonina está bloqueada por la luz durante la noche, especialmente por la luz azul de los teléfonos inteligentes, esto puede contribuir a enfermedades como los trastornos del sueño y la hipertensión, así como trastornos metabólicos, como la obesidad y la diabetes. Esta situación potencialmente patógena es debida no solo a la producción insuficiente de melatonina, sino una de sus más inmediatas consecuencias, que es una condición conocida como crono desorganización, un desorden temporal del ritmo circadiano de las funciones biológicas” declaró Cipolla.
Investigando la Melatonina
Presente en casi todos los seres vivos, desde bacterias hasta humanos, la melatonina ha sido foco de muchos estudios clínicos. Solo en los últimos cinco años, se han publicado más de 4.000 estudios que usan la melatonina. Casi 200 de ellos fueron ensayos clínicos aleatorios. Entre 1996 y julio de 2017, por ejemplo, se publicaron 195 revisiones sistemáticas sobre los efectos del uso clínico de la melatonina, de las cuales 96 abordaron su uso para tratar enfermedades psiquiátricas y trastornos neurológicos, incluidos los trastornos del sueño, mientras que 43 se centraron en la asociación entre la melatonina y el cáncer.
Las solicitudes de patentes relacionadas con los usos terapéuticos de la melatonina y los análogos presentados en todo el mundo entre 2012 y septiembre de 2014 se centraron principalmente en el sistema nervioso central, incluidos los trastornos del sueño, la interrupción del ciclo circadiano y la neuroprotección, así como el cáncer y los problemas inmunológicos.
A pesar de la impresionante cantidad de datos sobre la melatonina y la glándula pineal, los investigadores y los clínicos carecen de un marco teórico de análisis sistemático que pueda ayudar en la interpretación adecuada de los datos obtenidos y el desarrollo de una comprensión adecuada del papel desempeñado por la melatonina en la fisiología y fisiopatología humana, de acuerdo a los autores de la investigación, quienes dicen que su intención es «proponer un marco de análisis que ayude a los investigadores y profesionales de la salud a analizar, comprender e interpretar los efectos de la melatonina y su papel putativo en varias patologías».
Melatonina y uso terapeútico
Caracterizada químicamente en 1959, la melatonina, que se deriva del triptófano, un aminoácido esencial que se encuentra en las proteínas, es altamente eficaz para eliminar los radicales libres y tiene notables propiedades antioxidantes. Interactúa directamente con los radicales libres y estimula las enzimas antioxidantes en diferentes tejidos.
Este papel ha sido propuesto durante mucho tiempo como función primaria de la melatonina; sin embargo, en los últimos años, los investigadores han descubierto que, debido a sus propiedades especiales, es una molécula excepcionalmente importante que actúa a través de varios mecanismos en casi todos los niveles fisiológicos. Estos incluyen todos los componentes de los sistemas cardiovascular, reproductivo, inmune, respiratorio y endocrino, así como el metabolismo energético, así lo señalan los autores de la investigación.
“Los modos de acción y el rol integrador de la melatonina amplifican y diversifican sus actividades funcionales, particularmente en el dominio del tiempo, permitiendo a la fisiología del organismos enfrentar desafíos presentes mientras es secretada por la glándula pineal, y al mismo tiempo preparar al organismos para futuros eventos. De manera similar, la melatonina sincroniza el orden temporal de nuestro organismo tanto a diario como en la escala temporal «,explica Cipolla.
Es importante tener en cuenta que el perfil y el inicio de la producción de melatonina varía de persona a persona. Las personas que se despiertan temprano comienzan su producción diaria de melatonina antes que las personas que se despiertan más tarde, y las personas que duermen por periodos más prolongados producen melatonina durante más tiempo que las que duermen por periodos más cortos.
Si estas diferencias sustanciales no se toman adecuadamente en cuenta, pueden afectar la eficacia clínica, afirman los autores, y agregan que «una terapia de reemplazo hormonal de melatonina crónica adecuada solo se logra cuando la dosis y la formulación se eligen con cuidado y se adaptan y controlan individualmente para lograr efecto clínico «.
La primera y más importante guía para el uso clínico de la melatonina propuesta por los autores es determinar la duración de la señal diaria y el inicio de la producción en cada paciente y luego recetar melatonina de acuerdo con este punto de referencia en el tiempo, denominada como DLMEO “ Dim Light Melatonine Onset”.
Este punto específico en la curva de producción diaria de melatonina es una referencia temporal importante para la administración adecuada de la hormona a los pacientes. Dependiendo del momento en que se administre, utilizando siempre el DLMO como guía, la melatonina exógena puede avanzar, retrasar o no tener efecto en el tiempo de los ritmos circadianos endógenos.
Debido a que el procedimiento para determinar la DLMO generalmente no es factible en la práctica clínica diaria, un enfoque más práctico es tomarse el tiempo en que el paciente generalmente se va a dormir por la noche como referencia para el momento de la administración de melatonina.
Según los autores, la mayoría de las formulaciones orales requieren aproximadamente entre 45 minutos y una hora para estar biodisponibles, por lo que se debe tomar una dosis aproximadamente una hora antes de la hora habitual de acostarse. Dado que la melatonina es un potente temporizador de la fisiología del organismo, debe tomarse estrictamente a la misma hora todos los días.
En su resumen final, los autores señalan que las siguientes precauciones deben tomarse en consideración en el tratamiento con melatonina: la administración crónica debe limitarse a la noche, la hora debe elegirse cuidadosamente de acuerdo con el efecto deseado y la dosis y la formulación deben adaptarse individualmente para construir un perfil de melatonina en la sangre que imita el ideal fisiológico, que termina a primera hora de la mañana.