La Agencia Internacional de Energía predice que para 2030, en América Latina y el Caribe (LAC) el consumo energético tendrá un crecimiento de 50 a 54%. Dicho aumento podría llevar aparejado una tensión extrema en la capacidad energética de las ciudades. A fin de satisfacer las necesidades energéticas de la región, los gobiernos tendrán que coordinar e invertir en políticas que promuevan la eficiencia energética. El Hub de América Latina y el Caribe de Energía Sostenible para Todos, que forma parte del programa de Energía Sostenible para Todos (SE4ALL) de las Naciones Unidas, está trabajando para ayudar a la región a alcanzar objetivos concretos y cuantificables entre los que se incluyen proporcionar acceso universal a la energía, duplicar la eficiencia energética y duplicar el uso de las energías renovables en la región, todo para 2030. En octubre de este año, SE4ALL Américas será el anfitrión del lanzamiento de la Década de Energía Sostenible para Todos en las Américas, en Santiago de Chile con la Presidenta Michelle Bachelet. Para alcanzar las metas de 2030, las ciudades de la región deben considerar las siguientes estrategias y adoptarlas en su plan de eficiencia energética: 1. Proporcionar incentivos para el desarrollo de proyectos de eficiencia energética en hogares de bajos ingresos. En América Latina y el Caribe, el 40% de la población se encuentra por debajo del umbral de la pobreza. Por ello, es importante que los países ofrezcan programas para promover la eficiencia energética para los residentes de bajos ingresos, a partir de los cuales los propietarios de viviendas pueden reducir a largo plazo sus facturas de energía, y contribuir a que el país avance hacia la meta de duplicar su eficiencia energética. Entre 2010 y 2012 el BID puso en marcha un proyecto piloto en Mexicali, México para proporcionar a los residentes de bajos ingresos equipos de aire acondicionados eficientes, entre otras medidas tales como el aislamiento térmico para las viviendas, la iluminación eficiente y los refrigeradores eficientes. Las temperaturas en la ciudad a menudo superan los 30 grados centígrados, lo que significa que los residentes dedican una parte significativa de sus ingresos a las facturas de energía. En un vídeo que muestra el impacto humano del proyecto, Paola Méndez, consultora de energía del BID, explicó que “las ciudades van a seguir creciendo, y por lo tanto creemos que este programa es replicable en todas aquellas ciudades que actualmente tienen que abordar asuntos de energía, crecimiento, pobreza e igualdad.” Una residente que se benefició del proyecto explicó cómo su factura de energía se redujo en un 70%, un ahorro que podría ayudarla a ella y su familia a tener una vida mejor. 2. Instalar alumbrado público eficiente. En muchas ciudades de América Latina, el alumbrado público representa un porcentaje importante del consumo total de energía. En Ecuador—donde representa el 6% del consumo de energía a nivel nacional—el BID financió un estudio con la firma Econoler para mostrar que reemplazando alumbrado público a base de mercurio o incandescente con luces LED en ciudades en todo el país, el país podría cuidar el medio ambiente y reducir los costos de energía. El proyecto reemplazaría 1,031,303 luces de la calle para un ahorro anual total proyectado en 68 millones de dólares y un ahorro energético anual de 553GWh. Otros países en América Latina han implementado varias tácticas, entre las que destacan: en 2010 Argentina y otros diez países prohibieron la venta y la importación de bombillas incandescentes; en 2009 el gobierno boliviano ofreció bombillas eficientes de energía gratuita a los residentes en todo el país; Venezuela actualmente tiene un programa de intercambio de bombillas que reemplaza las bombillas incandescentes por los fluorescentes compactos. Este artículo ha sido publicado en Ciudades Sostenibles y Emergentes http://blogs.iadb.org/ciudadessostenibles/. La segunda parte próximamente.