El mundo está lleno de colores, y nuestra capacidad para percibirlos no solo está determinada por la biología de nuestros ojos, sino también, sorprendentemente, por el lenguaje que hablamos.
Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU) y la Universidad de Oslo (UiO) ha arrojado luz sobre cómo el lenguaje influye en nuestra percepción de los colores, especialmente en personas bilingües que hablan lituano y noruego.
La Influencia del lenguaje en la percepción del azul
El estudio se centró en cómo los hablantes de diferentes lenguas perciben los tonos de azul. La percepción de los colores del ojo humano está determinada por su biología y se basa en la percepción de la luz. Sin embargo, el espectro de colores se divide y se define de manera diferente en diferentes idiomas.
Por ejemplo, en el idioma ruso existen dos palabras distintas para el azul: ‘siniy’ para el azul oscuro y ‘goluboy’ para el azul claro. De manera similar, el lituano utiliza ‘žydra’ para el azul claro y ‘mėlyna’ para el azul oscuro. Sin embargo, en noruego, como en inglés, solo existe una palabra para todos los tonos de azul: ‘blå’.
Esta diversidad lingüística plantea una pregunta intrigante: ¿hasta qué punto el idioma materno influye en la categorización de los colores, que de otro modo se percibirían de manera objetiva? La profesora Mila Vulchanova de la NTNU, quien ha liderado esta investigación, nos ofrece una perspectiva única sobre este fenómeno.
Los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos: monolingües lituanos, monolingües noruegos y bilingües en lituano y noruego. Cada grupo realizó una tarea que consistía en distinguir entre diferentes tonos de azul en una escala del 1 al 20, tanto con como sin una tarea de interferencia verbal, es decir, utilizando o no el lenguaje activamente para expresar la ubicación en la escala de color.
Resultados reveladores
Los resultados mostraron que los bilingües lituano-noruegos experimentaron un efecto de categoría de color claro cuando realizaban la tarea en lituano, pero este efecto desaparecía cuando usaban el noruego. Esto indica que, cuando pensaban en lituano, distinguían entre azul claro y oscuro más rápidamente, una ventaja que no se presentaba al pensar en noruego.
Por otro lado, los monolingües lituanos también mostraron un efecto de categoría de color, mientras que los monolingües noruegos no lo hicieron, lo que sugiere que los hablantes de idiomas con múltiples palabras para describir el azul pueden definir tonos más rápidamente que aquellos que no tienen esta distinción lingüística.
Implicaciones prácticas y teóricas
Estos hallazgos resaltan la interacción dinámica entre el lenguaje y la percepción sensorial, sugiriendo que el lenguaje activado influye en cómo el cerebro procesa las impresiones sensoriales, un fenómeno conocido como ‘cambio de código’ entre bilingües.
La investigación destaca cómo el lenguaje no solo moldea nuestra comunicación sobre los colores, sino que también afecta las categorías de color que se establecen en el cerebro durante la infancia y cómo estas categorías pueden afectar directamente nuestra percepción de los tonos de color. Además, refuerza la idea de que el lenguaje y la cognición están vinculados de manera dinámica, influyéndose mutuamente.
Este estudio no solo proporciona una comprensión más profunda de la cognición bilingüe, sino que también tiene implicaciones significativas para áreas como el diseño gráfico, la educación y la comunicación intercultural, donde el color desempeña un papel fundamental. Nos recuerda que nuestra experiencia del mundo no es solo una percepción directa, sino una construcción rica y compleja influenciada por nuestro idioma y cultura.
Puede acceder al paper de la investigación a través del siguiente enlace:
https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/lang.12645
Imágenes: Freepik – Unsplash