Por: Raquel Quevedo, directora de estrategia de prescripción de Normagrup
Cuando pensamos en una luminaria, solemos imaginar su función más evidente, la de iluminar. Sin embargo, detrás de cada una de ellas hay una historia mucho más amplia, que comienza mucho antes de que el producto se encienda por primera vez en un espacio concreto y continúa incluso después de que ésta deje de funcionar. En Normagrup hemos incorporado esta visión circular y trabajamos para que cada paso de ese ciclo, que comprende desde el diseño, la fabricación, la fase de uso, hasta el reciclaje de las luminarias, minimice cada vez más su impacto ambiental.
La sostenibilidad no puede ni debe entenderse como una ventaja competitiva, ni mucho menos como una tendencia. Para nuestra empresa es un compromiso técnico, ético y social que se traduce en decisiones concretas, estratégicas y medibles. Por eso abordamos el análisis del impacto ambiental de nuestras luminarias desde una perspectiva integral: evaluando todo su ciclo de vida (ACV). Este enfoque nos permite identificar aquellos puntos o fases donde podemos mejorar y reducir el impacto ambiental, optimizar materiales o mejorando procesos que aprovechen al máximo los recursos y reduciendo nuestras emisiones y residuos.
Comprender el ciclo de vida de una luminaria
El análisis del ciclo de vida es la herramienta que utilizamos para conocer el impacto ambiental de un producto en todas sus etapas: extracción de materias primas, producción, transporte, uso y fin de vida. Cada fase tiene su propio peso ambiental. Por ejemplo, la elección de materiales determina, no solo las características técnicas y durabilidad del producto, sino también su huella de carbono y su potencial posterior de reciclaje. Los diseños modulares o la inclusión de componentes fácilmente desmontables, facilitan la reparación y el aprovechamiento de las piezas.

Durante la fase de fabricación, el consumo energético y la gestión de residuos son factores esenciales. Por ello desde Normagrup trabajamos acciones concretas que ayudan a minimizar el impacto en la fase de fabricación, desde la energía que utilizamos, proveniente en gran medida de nuestras instalaciones fotovoltaicas, hasta el tratamiento de nuestros propios residuos postindustriales. Un ejemplo es el sistema de reutilización interna de granza de plástico, implantado desde 2004, y que nos permite aprovechar las piezas de plástico inyectadas que no alcanzan los estándares de calidad, siendo trituradas y reincorporadas en nuestro proceso productivo de inyección, reduciendo así la generación de residuos y el consumo de materia prima. Durante 2024 ha sido reincorporado al ciclo de fabricación 6,6 toneladas de material plástico.
Por su parte, en su etapa de uso (B), la eficiencia energética de la luminaria determina también en gran medida su impacto ambiental. Por eso, trabajamos constantemente para mejorar la eficiencia energética de nuestras soluciones de iluminación, así cómo en alargar su vida de uso a través de luminarias con una alta durabilidad y favoreciendo los diseños modulares que permiten la reparación de estos.
Las certificaciones como aval
Y en todo este contexto, tanto agentes sociales como empresas, tenemos la responsabilidad de demostrar con hechos nuestro compromiso con la sostenibilidad y el cuidado de nuestro entorno. Por ello, en Normagrupo buscamos siempre el respaldo de certificaciones reconocidas que avalen nuestra gestión ambiental y consoliden nuestra estrategia en relación a nuestras políticas de sostenibilidad y responsabilidad social. Certificaciones, además, que proporcionan a nuestros clientes y demás agentes de la cadena de valor la posibilidad de mejorar los estándares de sus propios procesos.

La ISO 14001, por ejemplo, certifica nuestro sistema de gestión ambiental y nos impulsa a mejorar continuamente en aspectos como la reducción de residuos, el control del consumo de recursos y la prevención de la contaminación. Pero hemos querido ir más allá. Las marcas Normalux y Normalit fueron, en 2023, las primeras marcas de luminarias en España en conseguir la certificación AENOR N Sostenible, que evalúa criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en el diseño y fabricación de productos. Actualmente el 53% de nuestros portfolio cuenta con esta certificación.
A ello se suman otras vías que refuerzan la transparencia de nuestras acciones, como el cálculo de la huella de carbono, la evaluación Ecovadis, que nos permite medir nuestro desempeño en sostenibilidad frente a estándares internacionales, o las declaraciones ambientales de producto (DAP). De hecho, con el compromiso de alinearnos a las exigencias que demanda el mercado para favorecer una arquitectura circular, contamos actualmente con una exhaustiva hoja de ruta para la obtención progresiva de las DAP para nuestro portfolio, tanto de alumbrado de emergencia como de las soluciones de iluminación arquitectónica. Familias como Gennius, Arque, Vía, Zip, o Nassel Avant, Luzerna Avant, Linnea y Element son algunos ejemplos.
Asimismo, desde Normagrup hemos apostado por el estándar PEP ecopassport® para la publicación de las declaraciones ambientales de nuestros productos al tratarse de una variante sectorial de las mismas, creada específicamente para productos eléctricos, electrónicos y de climatización. Basada en ISO 14025, ISO 14040/44, añade requisitos específicos al utiliza una PCR (Product Category Rules) para productos de la industria.
De esta forma avanzamos en nuestro compromiso para proporcionar información clara, verificada y comparable a nuestros clientes, facilitando la toma de decisiones responsables en sus proyectos.
La innovación sostenible
La sostenibilidad en iluminación no puede centrarse únicamente en la eficiencia energética de las luminarias. Aunque este punto sigue siendo fundamental, ahora entendemos que la verdadera innovación también pasa por otros aspectos como el ecodiseño, la durabilidad y la capacidad de circularidad de las diferentes soluciones.

En este sentido, en Normagrup apostamos por un diseño que favorezca la longevidad, la facilidad de mantenimiento y la reparabilidad. Nuestra luminaria ELEMENT es un ejemplo de ello. Se trata de una solución que apuesta por la economía circular mediante un sistema modular y reparable. Cada uno de sus componentes puede reemplazarse, reciclarse o reacondicionarse, prolongando la vida útil de los equipos y reduciendo la generación de residuos. Cuenta con un núcleo, el Core, que es una fuente de luz LED intercambiable que permite controlar con precisión la calidad y dirección de la luz.
Por otro lado, el apoyo a la economía local es un aspecto clave en nuestra estrategia de circularidad, con un 78% del total de los pedidos de compras realizados a proveedores establecidos en España y un 30% de ellos con domicilio en el Principado de Asturias. Esto, unido a la optimización de embalajes y vías de transporte, nos permite avanzar hacia un modelo de producción más circular. Todas estas acciones se traducen en luminarias que no solo dan luz a espacios, sino que también nos permiten seguir mejorando nuestro desempeño medioambiental.
En definitiva, en Normagrup seguimos trabajando cada día con el afán de demostrar que la tecnología y la responsabilidad pueden y deben ir de la mano. Iluminar de forma sostenible es hacerlo con una luz que impulse y genere bienestar, progreso, igualdad y respeto hacia las personas y el entorno.
Imágenes: Normagrup

