La ciudad de Chengdu planea lanzar su satélite para su alumbrado público, también conocido como «luna artificial». El satélite para el alumbrado público tiene como objetivo complementar la luz nocturna que se recibe de la luna.
Wu Chunfeng, presidente del Instituto de Investigación de Sistemas de Ciencia y Tecnología de Microelectrónica de Chengdu anunció este relevante hecho durante un evento nacional de innovación masiva y emprendimiento, celebrado el pasado 10 de octubre en Chengdu.
Wu explicó que la «luna artificial» es ocho veces más potente que una luna real. Su brillantez permitirá apagar el alumbrado público y ahorrar energía.
Las locuras más innovadoras se suceden a lo largo de la historia del planeta para conseguir luz artificial o más horas de luz, en definitiva, alargar el día. Las primeras ideas de la «luna artificial» vino de un artista francés, que imaginó colgar un collar hecho de espejos sobre la tierra, para reflejar el sol en las calles de París, en zonas o meses donde la ciudad tiene menos luz por la escasez de sol.
En 1993 dos astronautas rusos desplegaron en el espacio una enorme vela solar. El objetivo de la misión Znamya 2 fue comprobar si se podía iluminar la Tierra con la luz solar reflejada por un ‘espejo celeste’. Hace un cuarto de siglo Rusia probó con éxito esta posibilidad de iluminar áreas aisladas de la superficie terrestre con un sistema de aparatos reflectores desplegados en el espacio. La ‘mancha’ de luz tenía 5 kilómetros de diámetro y se movía a una velocidad de 8 kilómetros por segundo. El experimento duró 6 minutos.
La “luna artificial» china
El satélite será capaz de iluminar un área con un diámetro de 10 a 80 kilómetros, no siendo posible esto en la gama de iluminación utilizada en el alumbrado público más convencional.
La prueba del satélite para el alumbrado público comenzó hace años, y ahora la tecnología finalmente ha madurado, explicó Wu.
Ya ha habido las primeras manifestaciones de preocupación de que las luces reflejadas en el espacio pudieran tener efectos adversos en la rutina diaria de ciertos animales e interferirá en la observación astronómica. Kang Weimin, director del departamento de Óptica de la Academia Aeroespacial del Instituto de Tecnología de Harbin, explicó en este sentido que la luz del satélite es similar a la calidad de un resplandor de atardecer, por lo que no deberá afectar el ciclo de los animales y plantas.