El Nudo de la Trinidad de Barcelona, un eje crítico en el tráfico de vehículos de la capital catalana, ha sido testigo recientemente de una importante transformación lumínica que no solo mejora la visibilidad sino que también establece nuevos estándares de eficiencia energética.
Originalmente diseñado para los Juegos Olímpicos de 1992, este nudo ve pasar diariamente más de 275.000 vehículos. A pesar de su importancia, la infraestructura lumínica del tramo que conecta la C58 con la Ronda Litoral había quedado obsoleta, presentando un desafío tanto en términos de eficiencia energética como de seguridad vial.
Para solucionar este problema el Área Metropolitana de Barcelona confió en una solución de alumbrado vial de Carandini, con la luminaria VEKA L como protagonista; un producto fiable y robusto, diseñado para infraestructuras de gran envergadura y con una eficiencia superior a 150lm/W. En este caso, para conseguir una mayor potencia, se realizó una customización de esta luminaria vial, alcanzando un flujo luminoso de más de 53.000lm.
El desafío no resultó fácil, ya que el tramo en cuestión estaba caracterizado por varias curvas y peralte, dos factores geográficos que inciden directamente en el deslumbramiento y la uniformidad de la iluminación, complicando significativamente el proyecto.
Gracias a la experiencia de Carandini y a la gran cantidad de ópticas de las que dispone la VEKA L, el equipo de estudios lumínicos logró implementar una iluminación excelente sin necesidad de alterar la ubicación de las antiguas luminarias.
El resultado es una mejora significativa tanto desde el punto de la seguridad vial como del ahorro energético y la sostenibilidad ambiental de una infraestructura clave para la ciudad de Barcelona.
Imágenes: Carandini