El avance de la iluminación urbana va más allá del simple acto de iluminar calles y avenidas; se trata de una herramienta estratégica para realzar la belleza y el patrimonio de las ciudades. Este es el caso del Castillo de Altafulla en Tarragona, una joya arquitectónica del siglo XI que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos sin perder su esencia histórica.
Declarado Bien Cultural de Interés Nacional, el Castillo de Altafulla es una histórica fortaleza del siglo XI caracterizada por una arquitectura que fusiona elementos románicos y góticos, propios de la época medieval. En el siglo XVII se llevó a cabo una renovación que modificó gran parte de su estructura, aunque se conservaron la planta poligonal irregular, las torres situadas en las esquinas y el patio interior, el cual todavía exhibe una magnífica galería renacentista.
A pesar de ser uno de los símbolos de este municipio costero, el castillo estaba iluminado de forma poco eficiente y con una mezcla de tecnologías y temperaturas de color. Con el propósito de unificar el sistema de alumbrado, embellecer el monumento y conseguir una mayor eficiencia energética y ahorro, el Ayuntamiento de Altafulla decidió modernizar la iluminación y convertir a LED la mezcla de lámparas de vapor de sodio y vapor de halogenuro metálico que había.
La solución elegida fue el proyector MIKOS de Carandini. Este proyector, de diseño elegante y versátil, ha permitido una iluminación que embellece y conserva, ofreciendo una luz cálida de 2200K que respeta el ambiente nocturno y realza los detalles de la estructura medieval.
Aprovechando esta intervención, Carandini también iluminó las áreas circundantes al Castillo, incluyendo accesos, la portalada principal, calles adyacentes y los jardines exteriores. En este caso el producto elegido fue la luminaria vial VEKA.
En consonancia con el claro objetivo de promover el ahorro energético, se completó la instalación con la colocación de un temporizador en el cuadro de control, programado para que el alumbrado se apague automáticamente a medianoche.
“La nueva iluminación del castillo de Altafulla ha permitido resaltar los detalles arquitectónicos de sus torres, murallas y estructuras internas, creando un ambiente mágico y evocador, además de recuperar la identidad municipal visible desde los pueblos cercanos” detalla Joan Vieito Galí, agente comercial de Carandini, encargado del proyecto. “También se han unificado las diferentes tecnologías con LED de última generación, así como las temperaturas de color, alcanzando un ahorro energético de casi un 50%”.
En definitiva, la combinación de la arquitectura histórica de esta fortaleza sumada al nuevo alumbrado, han convertido este castillo en un símbolo emblemático de Altafulla y una atracción turística única tanto de día como de noche.
Imágenes: CARANDINI