Una estudiante de diseño de Reino Unido ha diseñado una lámpara desmontable que puede ser instalada en una bicicleta y que proyecta una imagen láser cinco metros por delante, de tal forma que los conductores pueden advertir que un ciclista se aproxima.

El uso de la bicicleta ha aumentado exponencialmente en las grandes ciudades de todo el mundo, y los gobiernos tratan de encontrar las mejores normas e infraestructuras para mantener su seguridad. Sin embargo, se antoja clave el cambio de conducta en los hábitos de conducción de los automovilistas para evitar los atropellos. En Londres por ejemplo, una ciudad con más de medio millón de ciclistas diarios, las cifras de atropellos mortales fueron de una centena.

En España, la DGT ha dado cifras de 2,5 millones de usuarios diarios en toda España, y ha aprovechado la semana europea de la movilidad (16 al 22 de septiembre) para lanzar un vídeo divulgativo titulado «El futuro viaja en bici».

Además, la DGT ha querido recordar que los ciclistas son los usuarios más vulnerables de la vía pública, que deben ir bien protegidos y equipados con sistemas reflectantes y de iluminación, y que estos deben obedecer las mismas normas que otros vehículos.

Blaze

Pero mientras la conducta de los conductores y ciclistas cambia, y se crean infraestructuras exclusivas para este sector de la movilidad, Emily Brooke, una estudiante de Física convertida en diseñadora de productos, tuvo la idea de la fabricación de Blaze, un sistema de iluminación que ayudara a los ciclistas a ser vistos y evitar numerosos accidentes. La estudiante de la Universidad de Brighton en Reino Unido se fijó en el hecho de que el 79% de los accidentes que tuvieron lugar en Reino Unido durante el pasado año se produjeron en cruces o fueron accidentes frontales por falta de visibilidad.

El sistema de iluminación Blaze consiste en un doble sistema de iluminación LED brillante y de un sistema láser verde que proyecta en el camino una imagen de una bicicleta en color verde cinco metros por delante, de tal forma que el conductor que viene de frente o que se cruza con el ciclista puede advertir con suficiente antelación su presencia.