El uso del BIM está suponiendo una verdadera revolución tecnológica para la cadena de producción y gestión de la edificación y las infraestructuras. Esta herramienta permite construir de una manera más eficiente, reduciendo costes al tiempo que permite a proyectistas, constructores y demás agentes implicados trabajar de forma colaborativa.
Además, en los próximos meses, España incorporará BIM en los procesos públicos de licitación de obra.
El calendario asumido por el Ministerio de Fomento establece unas fechas clave para la implantación del BIM en España:
- 12/03/2018: Uso recomendado del BIM en licitaciones públicas.
- 12/12/2018: Uso obligatorio del BIM en licitaciones públicas de edificación.
- 26/07/2019: Uso obligatorio del BIM en licitaciones públicas de infraestructuras.
Por este motivo, a partir de julio de 2019, el BIM no solo será una esperanzadora posibilidad de futuro para los arquitectos e ingenieros españoles, sino que en menos de dos años se habrá convertido en una realidad casi todas las licitaciones públicas.
Pero ¿Cómo funciona realmente el BIM?
Hay que pensar en BIM como una forma de trabajo más que cómo una herramienta. No se trata de un paquete de programas de diseño, medición, coste o planificación en concreto, el BIM es una metodología de trabajo colaborativo para la gestión de un proyecto a través de un modelo virtual idéntico al modelo construido.
El Building Information Modeling (BIM), en español “Modelado de información de construcción”, abarca metodologías, software, procesos y formatos digitales para la gestión y administración de proyectos y obras de construcción. En sus inicios se focalizaba en la edificación, pero en la actualidad se aplica con éxito, en la obra civil.
Es por ello por lo que podría definirse BIM como una representación digital de las características físicas y funcionales de un edificio, pudiendo intercambiar información que permita tomar decisiones a lo largo de su ciclo de vida (proyecto, construcción, uso y deconstrucción).
BIM emplea un lenguaje común exportable, permitiendo compartir la información entre distintos agentes y realizar un verdadero trabajo colaborativo a escala global. Puede usarse para almacenar datos, realizar cálculos o gestionar el edificio. Conceptualmente, es una evolución de los sistemas de planos tradicionales. Permite gestionar información geométrica (3D), cantidades y propiedades de sus componentes (por ejemplo, detalles constructivos o definiciones de equipos), realizar simulaciones previas (verificaciones de colisiones entre instalaciones y estructura, etc.), contemplar otras variables como plazos de entrega, costes, datos medioambientales, así como la participación de los distintos agentes que intervienen a lo largo del ciclo de vida. Esto le hace ser una herramienta clave de gestión de proyectos.
Más del 50% de los clientes internacionales de las constructoras exigen o tienen interés en el uso de BIM. Por ello, se estima que el BIM puede:
- Ajustar las mediciones del proyecto en un 37%.
- Y reducir en un 20% los costes de construcción de edificios.