Los contratos bilaterales de compra venta de electricidad o PPAs (Power Purchase Agreements) generan dudas entre los profesionales del sector energético que el pasado 24 de mayo celebraron una jornada en el Ateneo de Energía donde plantearon los pros y contras de este tipo de contratos.
La gran ventaja de los PPAs es que acaba con incertidumbres para comprador y vendedor. Este tipo de contratos resultan muy novedosos todavía en España, pero que generan gran interés, especialmente entre los inversores en energías renovables, movidos por el entorno cambiante de las condiciones económicas, así como del sistema de primas.
El hecho de que sus condiciones las fijen las partes, a largo plazo, con un precio fijo o variable, y no implican un intercambio físico, pues puede tratarse como un producto financiero.
A la hora de analizar este sistema durante la jornada, los expertos diferenciaron varias características marcadas por la posibilidad de encontrar diferentes tipos de PPAs, según su naturaleza o el producto que se quiere contratar. En el Ateneo de Energía contó con un amplio panel de expertos: Mari Paz García Alajarín, EU Energy Management de EDP Renovables; Ubaldo Yáñez, director de Voltiq Spain; Jorge Álvarez Vitores, Head of Consultancy de Enertis; Miguel Marroquín, CEO de Our New Energy; y Piet Holtrop, socio de Holtrop Transaction & Business Law.
Así podemos encontrar PPAs para energía, certificados verdes o potencia, donde el comprador se compromete a pagar por un volumen de energía contratado, independientemente de que este sea consumido o no. También puede ser un contrato donde no hay opción de compra final, sino que es un puro arrendamiento financiero, u otro tipo de arreglos.
Ventajas y inconvenientes
La dificultad de éste tipo de acuerdos radica en encontrar un balance entre las partes implicadas. Para el vendedor, supone una oportunidad de conseguir un precio a largo plazo, que haga rentable su proyecto, y con el PPA se garantiza un flujo de caja constante. En su caso, el riesgo de este tipo de operación radica en la determinación de un precio, teniendo en cuenta el mercado variable y los costes de desarrollo del proyecto. También es importante contar con que la contraparte sea una empresa sólida.
En el caso del comprador, marcar un precio cerrado a largo plazo también es una ventaja, ya que conoce sus costes. Aparte de ello, puede conseguir incentivos fiscales como empresa reconocida contra el cambio climático, según la legislación del país donde opere el PPA. Por su parte, el mayor riesgo es encontrar una empresa adecuada como contraparte, que no tenga por ejemplo problemas ambientales, y calcular bien los costes, debido a las expectativas a largo plazo.
Otra de las dificultades a resolver es la búsqueda de una estructura del PPA adecuada, para lo que es imprescindible la flexibilidad entre las partes: cada una debe asumir sus riesgos. En ocasiones ayuda conseguir una estructura múltiple, un portfolio de proyectos, ya que se reparten y minimizan los riesgos. Así mismo se realizan acuerdos en base a una cantidad fija o variable, ajustarse a una tarifa por encima o por debajo del sistema, y otro tipo de riesgos como los cambios legislativos. Evidentemente, debido a la volatilidad del mercado, la tendencia va a ser favorable a una u otra parte en diferentes momentos, por lo que no es factible desgranar todas las casuísticas a la hora de desarrollar el acuerdo.
Lo básico del PPA
Lo importante es que la estructura del acuerdo cumpla las expectativas de las partes, aportando seguridad y previsión en el tiempo a las mismas, una de las principales ventajas de este tipo de contratos. Además, los expertos dejan claro que no existe un estándar óptimo, ya que las condiciones son ad hoc, según el caso.
Para conseguirlo es fundamental el análisis de la curva de carga, para ajustar el perfil de producción de la planta y tener una regulación de los excesos o déficit de producción, y conocer si el suministro se genera desde una o varias plantas. De esta manera, si una planta para por avería o cualquier circunstancia, ¿puede el resto generar el déficit producido? ¿se cuenta con un generador con posibilidad de suplir esa falta de energía?
Actualmente predominan los PPAs adjudicados por licitaciones o subastas, y la tendencia hace pensar que se comenzarán a cerrar contratos con una garantía a más corto plazo, debido a que un contrato a largo plazo es más difícil de conseguir por los acuerdos que hay que pactar con las entidades financieras. Dado que es un mercado en proceso de evolución, hace pensar que se requerirán estructuras de financiación más estudiadas y complejas, y las entidades financieras tenderán a adaptarse.
La subasta de energía que se ha realizado recientemente en nuestro país, mediante la cual se subastaba una potencia con derecho a un régimen retributivo específico, hace presagiar un aumento de interés por los PPAs. Ello se debe a que mediante la subasta se garantiza una rentabilidad razonable revisada cada periodo regulatorio, lo cual supone una gran incertidumbre a la hora de contar con un cambio legislativo. Esa incertidumbre es la que proporciona a los PPAs una ventaja, al reportar unos retornos similares con una rentabilidad conocida a largo plazo.