BBVA ha anunciado su estrategia de cambio climático y desarrollo sostenible para contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas y alineada con el Acuerdo de París sobre el Clima. Este ‘Compromiso 2025’, que ayudará al Banco a alinear su actividad con el escenario de calentamiento global de no más de 2ºC y lograr un equilibrio entre la energía sostenible y las inversiones en combustibles fósiles, está basado en tres líneas de actuación: financiar, gestionar e involucrar.
BBVA se compromete a movilizar 100.000 millones de euros en financiación verde, infraestructuras sostenibles, emprendimiento social e inclusión financiera. Y trabajará para mitigar los riesgos ambientales y sociales y minimizar así los impactos directos e indirectos potencialmente negativos. Además, BBVA involucrará a sus grupos de interés para promover de forma colectiva una mayor contribución del sector financiero al desarrollo sostenible.
BBVA es una de las entidades europeas más activas en financiación sostenible. Con este Compromiso, da un paso más y se fija una hoja de ruta a 2025 para contribuir a la transición hacia una economía más sostenible y, al mismo tiempo, generar valor para el Banco y para sus clientes.
El presidente de BBVA, Francisco González, señaló: “En BBVA queremos jugar un rol clave movilizando recursos para frenar el cambio climático e impulsar un desarrollo sostenible. Es un objetivo muy ambicioso y de largo plazo alineado con nuestro propósito de ‘poner al alcance de todos las oportunidades de una nueva era’”.
En el proceso de definición de esta estrategia, BBVA ha consultado con actores muy relevantes pertenecientes a diferentes grupos de interés. Una de ellas es ShareAction, entidad sin ánimo de lucro referente en el impulso de prácticas de inversión responsable que promueve una mejora del comportamiento de las empresas en materia medioambiental, social y de gobierno corporativo.
Sonia Hierzig, directora de proyectos de banca de ShareAction, señaló: “ShareAction acoge con entusiasmo los nuevos compromisos de BBVA y estamos muy encantados de que hayan adoptado muchas de nuestras recomendaciones. Estas nuevas políticas del Banco permitirán a BBVA subir de la duodécima a la séptima posición entre los 15 mayores entidades europeas en nuestro ránking del clima. Es un gran paso adelante en un periodo de tiempo muy breve y esperamos que sirva de ejemplo para mostrar a otros bancos lo que se puede conseguir”.
Un compromiso a 2025
En su compromiso para gestionar los recursos ambientales y sociales y minimizar los potenciales impactos negativos directos e indirectos, BBVA se compromete a que el 70% de la energía que contrate a partir de 2025 sea renovable. Al mismo tiempo, se marca como objetivo reducir un 68% sus emisiones directas de CO2 con respecto a 2015.
BBVA está adherido a la ‘Science Based Targets Initiative’ y se ha comprometido con la ‘RE 100 Initiative’, que supone alcanzar el 100% de energía renovable en 2030, un objetivo que ya cumple hoy en España. En esta línea, se publican las normas sectoriales que permiten abordar las cuestiones de sostenibilidad específicas de sectores con especial impacto ambiental y social (minería, energía, infraestructuras y ‘agribusiness’) y proporcionar orientación clara sobre los procedimientos a seguir en la gestión de clientes y transacciones en estos sectores. Estas normas incorporan el Compromiso sobre Derechos Humanos con el que BBVA cuenta desde 2008 y que ha sido actualizado recientemente.
En los últimos dos años cuatro fuerzas han cambiado radicalmente las consideraciones sobre sostenibilidad y han hecho que los desafíos ambientales y sociales ganen relevancia en los modelos de negocio de las instituciones financieras. En primer lugar, la inclusión de la sostenibilidad en la agenda global es ya un hecho y además existe una oportunidad clara de mercado: los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) supondrán un mercado de 12 billones de dólares al año y una inversión anual esperada de entre 5 y 7 billones hasta 2030. En tercer lugar, existen inversores con equipos especializados en sostenibilidad y el compromiso que los bancos tienen con ellos es cada vez mayor. Y por último, la regulación, tanto la obligatoria como la recomendada, se ha intensificado y es cada vez más exigente.