¿Se puede aplicar la tecnología de los drones al mundo de la biomedicina? ¿Qué perspectivas nuevas está aportando la nanotecnología en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades? Estas son algunas de las cuestiones planteadas en el marco del Foro de Innovación ‘Medicina exponencial, cómo la tecnología está transformando la medicina’, que organizaron la Fundación Ramón Areces y la Fundación Pfizer donde se habló de cómo, por ejemplo, la robótica ya se está aplicando a la medicina, en aspectos como la rehabilitación y asistencia a personas con daños cerebrales. Entre las conclusiones de este foro, destaca que se considere la nanotecnología como la próxima revolución industrial, en palabras del CIBER – BBN, Ramón Martínez Máñez.
El encuentro ‘Medicina exponencial, cómo la tecnología está transformando la medicina’, que tuvo lugar en el mes de abril, planteó varias conclusiones que se irán resolviendo a medida que avance las investigaciones en el campo de la nanotecnología. Es decir, las investigaciones en nanotecnología se pueden aplicar a la biomedicina, al diagnóstico y tratamiento de enfermedades.
Este evento, organizado por la Fundación Ramón Areces y la Fundación Pfizer, moderado por el Dr. José Luis Puerta López-Cózar, patrono de la Fundación Pfizer, ha dado cita a reconocidos científicos para «contribuir a una comprensión más cabal del profundo cambio que está experimentando en este momento la práctica de la medicina, a través de las tecnologías actuales, que aceleran y transforman el conocimiento sobre el ser humano y todo lo relacionado con el amplio campo de la clínica», señaló.
En este sentido, «se dice que la nanotecnología está llamada a ser la próxima revolución industrial; y, sin duda, la medicina se va a ver beneficiada de muchos desarrollos en este campo», apunta el profesor Ramón Martínez Máñez, director científico del CIBER-BBN (Centro de Investigación Biomédica en Red en el área temática de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina).
Área de aplicación de la nanomedicina
La nanomedicina tiene tres grandes áreas de aplicación. Por una parte, las técnicas analíticas y de diagnóstico, en las que se está avanzando para conseguir dispositivos cada vez más pequeños y eficaces capaces de diagnosticar enfermedades de forma temprana a partir de muy pocas moléculas o células.
Por otra, la liberación de fármacos, cuyo objetivo es el diseño de sistemas de liberación formados por un principio activo y un sistema transportador (nanopartículas) que pueda dirigir el fármaco al sitio adecuado y en la cantidad apropiada.
Y, por último, la medicina regenerativa -de gran potencial- que busca el mantenimiento, la mejora o la restauración de la función de las células, tejidos u órganos mediante la aplicación de métodos relacionados con terapia celular y la ingeniería tisular.
Para el Prof. Martínez «en este campo el futuro inmediato debe dirigirse hacia la traslación y la trasferencia de los resultados que se están obteniendo de las investigaciones, al sistema de salud y al mercado, para lo que debe mejorar el acercamiento al entorno empresarial y al mundo clínico». Y desde el punto de vista de la investigación, continuar trabajando en hacer nano-dispositivos cada vez más precisos y selectivos, implantes más sofisticados y biodegradables, el uso de impresión 3D y de células madre, etc.
Para ello, según subraya este experto, un aspecto clave para el éxito de la investigación es la integración de equipos multidisciplinares que permiten abordar un determinado problema desde distintas perspectivas.
Neurorehabilitación robótica y exoesqueletos
Muestra de las aplicaciones del campo de la nanotecnología a la medicina, anteriormente descritas, se encuentran los exoesqueletos, que constituyen una evolución de los primeros dispositivos robóticos, que están implantándose actualmente de forma experimental en el ámbito de la rehabilitación y la asistencia a personas que han sufrido daños neurológicos, como consecuencia de enfermedades como un ictus o una lesión medular y se espera su total consolidación en los próximos cinco años.
Esta tecnología se caracteriza por la íntima relación, física y cognitiva, entre el paciente y el robot. «El exoesqueleto ha de identificar a partir de sus sensores cuál es la intención del usuario y ha de asistir sus movimientos a partir de la aplicación de fuerzas en los segmentos del cuerpo del paciente. Por tanto, la seguridad en el uso del dispositivo es primordial», explica el Prof. José Luis Pons Rovira, director del Grupo de Neuro-Rehabilitación del Departamento de Neurobiología Funcional y de Sistemas del Instituto Cajal-CSIC.
Drones y biomedicina
Por su parte, los avances en la robótica y los nuevos materiales también han permitido un nuevo campo de aplicación al mundo de la biomedicina de la tecnología aérea pilotada remotamente o drones, como herramientas de medición y logística de primera elección en proyectos de investigación o trabajo de campo.
El traslado de medicamentos o vacunas a zonas difíciles, el análisis de microorganismos, alérgenos o contaminantes del aire, la detección de vectores infecciosos, la toma de muestras en áreas de riesgo, la monitorización de factores ambientales claves para la aparición de patógenos o sus vectores, la generación de mapas físicos de riesgo, el fumigado preciso con agentes biológicos capaces de neutralizar vectores, el traslado de órganos o la intervención en procesos de emergencias, son sólo algunas aplicaciones de estas tecnologías.
Pero, tal y como comenta Carlos Bernabéu, CEO de Arborea Intellbird, hay factores como la seguridad, los últimos avances tecnológicos o la regulación, que modularán la implantación de estas soluciones, que se encuentran todavía en un estado incipiente.
La implantación de estas tecnologías en España en el área biomédica tiene un gran potencial, que irá tomando forma. «Los aspectos de regulación, aun escasamente maduros, son claves en este proceso en nuestro país».
Tecnología y medicina: ayuda o complicación
Durante el Foro, también se abordaron los posibles condicionantes éticos vinculados a los avances en medicina. «Las tecnologías biomédicas, sin duda, generan controversias, pero me parece que, más allá de casos discutibles y extremos, el desarrollo de este sector está produciendo mucho más beneficio que amenazas. Además, los beneficios son reales y las amenazas bastante imaginarias, al menos hasta ahora. Creo que tampoco hay que confundir tecnologías con fantasías, aunque a veces pueda parecer que no sea fácil distinguir unas de otras», señala el Prof. José Luis González Quirós, profesor de Filosofía de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.
Para este experto, la tecnología no implica problemas éticos especiales, sino que crea posibilidades y el problema ético está en otro plano, tiene que ver siempre con decisiones libres. «Las posibilidades de que las tecnologías deshumanicen son realmente muy escasas, lo que deshumaniza es la estupidez, que, al fin y al cabo, también es bastante humana», concluye.
Fuente: Fundación Ramón Areces.
Imagen:www.clinatec.fr