Las terapias de luz azul para tratamientos contra el acné se están volviendo cada vez más populares, aunque no sin cierta controversia al no tener resultados concluyentes sobre su efectividad. Ahora, un nuevo estudio ha realizado una revisión sistemático sobre los diferentes ensayos científicos de diferentes terapias de luz azul, y los resultados muestra las limitaciones metodológicos de estas investigaciones: tamaños de muestras pequeñas, periodos de intervención cortos y variaciones en la calidad de los informes. Solo tres de los ensayos (14 terapias fueron analizadas) informaron de mejoras significativas en la gravedad del acné, por lo que la mayoría de los ensayos no proporcionan pruebas suficientes sobre su efectividad.
El acné es uno de los trastornos de la piel más comunes, se trata de la octava enfermedad más prevalente a nivel mundial y una de las dolencias más frecuentes en las consultas médicas. Existen varios tratamientos farmacológicos efectivos para el acné, como el peróxido de bencilo, los retinoides así como antibióticos tópicos u orales. Sin embargo, el uso de antibióticos plantea importantes preocupaciones relativas al aumento de la resistencia global ante estos, por lo que se necesita el uso de terapias alternativas que permitan reducir su uso.
Una opción reciente es el uso de varias formas de terapias de luz, particularmente las terapias con luz azul. Se ha demostrado que la luz en el rango de la longitud de onda de 407 a 420 nm tiene un efecto bactericida sobre el acné. El mecanismo propuesto es la excitación de las porfirinas bacterianas (coproporfirina III y protoporfirina IX) que conducen a la liberación de oxígeno y reactive radicales libres que ejercen efectos bactericidas.
Diferentes organizaciones, como la FDA (Administración de drogas y alimentos de las EE.UU), han aprobado dispositivos LED (dispositivos de luz azul, roja o azul/roja) para su uso el hogar, y el mercado de estos dispositivos para terapias de luz contra en acné está creciendo. Esto ha hecho que la demanda de los pacientes haya aumentado de forma significativa para el uso de estos tratamientos y se prevé que siga en aumento. Sin embargo, la aplicación de luz azul requiere de un compromiso elevado por parte del usuario, ya que los dispositivos típicos en el hogar se tienen que usar dos veces al día de 30 a 60 minutos durante 4 o 5 semanas.
Si bien durante los últimos años se han publicado diversos estudios para analizar la efectividad de estos tratamientos, sus resultados no han sido analizados de forma global. Es por ello que ahora en esta nueva investigación se ha realizado una revisión sistemática de ensayos controlados que examinan las efectividad de las terapias con luz azul contra el acné. En el estudio se incluyeron 18 referencias (14 ensayos) que incluyeron a 698 participantes. La mayoría de los ensayos fueron pequeños y cortos (<12 semanas) y tuvieron un alto riesgo de sesgo. La mejoría evaluada por el investigador se informó cuantitativamente en 5 ensayos, de los cuales 3 informaron una mejoría significativamente mayor con la luz azul que el comparador, y 2 informaron mejoría. Los eventos adversos fueron generalmente leves y favorecieron la luz azul o no difirieron significativamente entre los grupos.
La conclusión llegada por este metaanálisis es que “la mayoría de los ensayos no proporcionan pruebas suficientes para concluir su efectividad”. Debido a que la evidencia de estas terapias con luz azul no son concluyentes, los pacientes deben discutir con sus médicos los posibles beneficios, costos y alternativas para el tratamiento del acné. La terapia con luz azul puede ser beneficiosa para algunos pacientes, pero se necesita más investigación.