Autor: Salvi
Durante años, el alumbrado solar fue visto como una promesa llena de potencial, pero limitada en la práctica. Muchos proyectos quedaron a medio camino: luminarias que se apagaban antes del amanecer, baterías degradadas al poco tiempo y sistemas sin mantenimiento que acababan abandonados. En consecuencia, ayuntamientos y técnicos municipales en muchos países —España entre ellos— desarrollaron una cierta desconfianza hacia este tipo de soluciones.
Sin embargo, hoy el panorama es completamente distinto. La evolución tecnológica, la mejora en los sistemas de control y la aplicación de criterios de ingeniería rigurosos han permitido que el alumbrado solar alcance una madurez real. Ya no se trata de una alternativa para lugares sin acceso a la red, sino de una herramienta consolidada para avanzar hacia los objetivos de ahorro energético, descarbonización y desarrollo sostenible.
El alumbrado solar se ha convertido en una solución capaz de garantizar un servicio público esencial: una iluminación de calidad, eficiente y fiable, independientemente de la infraestructura eléctrica disponible.
Un cambio de paradigma energético: la autonomía
El impulso hacia la transición energética y la neutralidad climática ha situado a la iluminación solar en el centro del debate sobre las ciudades sostenibles. En países con condiciones climáticas favorables como España, el potencial de esta tecnología es enorme. Cada hora de sol puede transformarse en una fuente limpia de energía que ilumine calles, caminos y espacios públicos sin depender de la red eléctrica.
Pero más allá del ahorro energético, el verdadero cambio de paradigma radica en la autonomía. Una instalación solar bien diseñada no solo reduce emisiones y costes operativos: también ofrece resiliencia ante fluctuaciones energéticas, permite planificar inversiones más eficientes y refuerza la independencia de los municipios frente a la volatilidad del mercado eléctrico.
El reto, por tanto, no es demostrar que la tecnología funciona, sino demostrar que puede hacerlo de forma sostenida, controlada y duradera.
De la promesa a la fiabilidad: ingeniería y planificación
La experiencia ha demostrado que el éxito de un proyecto de iluminación solar no depende únicamente de la calidad de la luminaria, sino de una planificación técnica rigurosa. En Salvi, cada proyecto comienza con una pregunta sencilla pero esencial: ¿cuáles son las condiciones y necesidades específicas del entorno?
A partir de ahí, se analiza la disponibilidad de energía solar en la ubicación —determinada por la radiación incidente, la orientación y la estacionalidad—, y se dimensionan correctamente los componentes clave: panel, batería y luminaria. El equilibrio entre el consumo y la energía almacenada es el corazón del sistema.
El proceso requiere una visión integral: conocer la potencia del panel (W), la capacidad de la batería (Wh) y las curvas de descarga que garantizan la autonomía durante las horas de oscuridad. También es esencial considerar la tecnología de la batería y su respuesta frente a la temperatura y los ciclos de carga. En Salvi se utilizan actualmente baterías LiFePO₄ con grafeno, capaces de ofrecer una vida útil superior a los 5.000 ciclos, lo que se traduce en más de diez años de servicio en condiciones reales de alumbrado público.
Para asegurar este equilibrio energético, el equipo técnico realiza un estudio lumínico detallado, ajustando los niveles y los tiempos de iluminación a lo largo de la noche según la aplicación: zonas peatonales, vías secundarias, o áreas de tránsito intenso. El objetivo no es iluminar más, sino iluminar mejor.
La herramienta de configuración que utilizamos en Salvi para los proyectos solares simplifica este proceso. Permite calcular el balance energético, definir los componentes adecuados y generar automáticamente la documentación técnica del proyecto. Esta metodología evita errores de diseño, optimiza la inversión y garantiza que cada luminaria instalada opere al máximo de su eficiencia desde el primer día.
Del diseño a la gestión inteligente
El gran salto tecnológico que ha consolidado la confianza en el alumbrado solar ha sido la gestión y monitorización inteligente.
Los sistemas actuales permiten conocer en tiempo real el estado de cada componente: panel, batería, controlador y luminaria. Esto posibilita realizar mantenimiento predictivo y ajustes remotos según la estación, el clima o el nivel de uso.
La herramienta Smartec®, desarrollada por Salvi, es un ejemplo de esta evolución. A través de su sistema de telegestión, monitoriza todos los parámetros de la luminaria y permite actuar de manera proactiva para optimizar su rendimiento. Si una batería reduce su capacidad o un panel se ensucia y baja su rendimiento, el sistema puede detectarlo antes de que la luminaria deje de funcionar, facilitando la intervención rápida y el mantenimiento preventivo. Además, Smartec es capaz de regular la intensidad de la iluminación según los días previos y el clima de los días siguientes, anticipándose a las condiciones y maximizando la autonomía del sistema.
Gracias a este tipo de soluciones, los ayuntamientos y las empresas de mantenimiento ya no dependen de revisiones manuales ni de avisos tardíos: disponen de una red de alumbrado solar autónoma, controlada y predecible, con información continua sobre consumo, autonomía restante y comportamiento energético.
En definitiva, la gestión inteligente ha permitido pasar del alumbrado solar “a prueba” al alumbrado solar de confianza.
S.I.L.: diseño integral para una iluminación autónoma
En esta línea de evolución tecnológica, Salvi ha desarrollado la luminaria S.I.L., una solución solar autónoma que integra todos los componentes —panel, batería y óptica— en una geometría compacta, resistente y de diseño propio. Su eficiencia y durabilidad la convierten en una luminaria capaz de suministrar luz durante más de una década con un mantenimiento mínimo.
S.I.L. es también compatible con Smartec®, lo que permite su supervisión remota y su ajuste dinámico en función de las condiciones locales. Esta integración entre hardware y software es la clave para prolongar la vida útil de los sistemas y reducir el coste total de propiedad.
Ambas soluciones, S.I.L. y Smartec®, han sido reconocidas por la Fundación Solar Impulse como parte de las 1000 soluciones que pueden cambiar el mundo, distinción que avala su aportación a un futuro más limpio, eficiente y responsable.
Pero más allá de la tecnología, lo relevante de estos desarrollos es lo que representan: una nueva forma de entender la iluminación pública, en la que el diseño, la eficiencia energética y la sostenibilidad forman parte de una misma ecuación.
El valor de la luz: personas, comunidades y territorio
Una luminaria solar no solo ilumina un espacio; transforma su entorno. En zonas rurales o con baja densidad de red eléctrica, su instalación mejora la seguridad vial, facilita la movilidad nocturna y amplía las oportunidades económicas y sociales. En contextos urbanos, reduce costes energéticos y permite liberar recursos municipales para otros servicios esenciales.
Los proyectos de alumbrado solar bien planificados son, en realidad, proyectos de desarrollo local. En Senegal, por ejemplo, donde Salvi participa en la instalación de 100.000 luminarias solares a lo largo de 4.000 km de vías, la luz no solo mejorará la seguridad y la conectividad, sino que también estará impulsando la actividad comercial y la creación de empleo en torno a la nueva fábrica local. Cada kilómetro iluminado representa una mejora tangible en la calidad de vida, la equidad territorial y la sostenibilidad ambiental.
En este sentido, el alumbrado solar se consolida como una infraestructura social: una tecnología que democratiza el acceso a la luz y contribuye a construir comunidades más seguras, eficientes y cohesionadas.
Sostenibilidad y ciclo de vida
El compromiso con la sostenibilidad no termina en la instalación. La elección de materiales reciclables, la modularidad de los componentes y el diseño orientado al mantenimiento son aspectos esenciales para reducir el impacto ambiental y garantizar la trazabilidad de los sistemas a lo largo de su ciclo de vida.
En la actualidad, el diseño responsable implica no solo fabricar luminarias duraderas, sino también garantizar su correcta gestión, actualización y reutilización. El concepto de “luz útil” —iluminar solo cuando y donde se necesita— se suma al de “energía útil”, aprovechando al máximo cada vatio generado por el sol.
De la tecnología a la visión: la autosuficiencia lumínica
El futuro de la iluminación pública pasa por sistemas autosuficientes, interconectados y gestionados digitalmente. El alumbrado solar, apoyado en la gestión inteligente y en el diseño responsable, representa un paso firme hacia esa dirección.
Hoy ya no hablamos de proyectos experimentales, sino de infraestructuras maduras que ofrecen garantías técnicas, eficiencia económica y beneficios sociales demostrables. Cada nueva instalación confirma que el alumbrado solar ha superado la fase de incertidumbre: es una herramienta real para alcanzar los objetivos de eficiencia energética y neutralidad climática.
Y es precisamente bajo esta visión que Salvi participará en el Smart City Expo World Congress 2025, compartiendo su experiencia en soluciones de iluminación autónoma y sostenible. Porque no se trata solo de aprovechar una fuente renovable: es repensar la forma en que diseñamos nuestras ciudades, poniéndolas al servicio de las personas, del entorno y del futuro común.
Autor: Salvi