Autor: Salvi
Del alumbrado tradicional a la infraestructura inteligente
Durante décadas, el alumbrado público ha tenido un papel principalmente funcional: proporcionar luz en las calles para mejorar la seguridad vial y peatonal. Sin embargo, en el contexto actual de transición hacia modelos urbanos más sostenibles, conectados y resilientes, esta infraestructura ha evolucionado hasta convertirse en una plataforma clave para el desarrollo de ciudades inteligentes.
Este cambio de paradigma implica pasar de una visión centrada exclusivamente en la iluminación, a una infraestructura capaz de generar datos, integrarse con otras redes urbanas y ofrecer nuevos servicios a la ciudadanía. En este artículo analizamos por qué el alumbrado público es considerado hoy la columna vertebral de la smart city, y cómo los sistemas de smart lighting permiten articular soluciones tecnológicas urbanas de forma eficiente y escalable.
El alumbrado como columna vertebral de la smart city
Una de las grandes ventajas del alumbrado público es su presencia constante en el espacio urbano. Esta capilaridad lo convierte en una red física ideal para desplegar tecnología a lo largo de toda la ciudad: farolas instaladas a distancias regulares, en ubicaciones elevadas y con acceso directo a red eléctrica, ofrecen las condiciones perfectas para servir de soporte a dispositivos conectados.
Gracias a estas características, el alumbrado puede albergar sensores, cámaras, puntos de comunicación o sistemas de monitorización ambiental sin requerir grandes inversiones en infraestructura adicional. Esto lo convierte en una columna vertebral tecnológica ya desplegada, sobre la cual se puede construir un ecosistema inteligente de manera progresiva.

Qué hace que un sistema de alumbrado sea inteligente
Un sistema de alumbrado inteligente (smart lighting) va mucho más allá de incorporar luminarias LED. Incluye una serie de capacidades clave:
- Control de cuadro: permite gestionar grupos de luminarias a través de cuadros eléctricos inteligentes. Aunque no ofrece la granularidad del punto a punto, es una opción valorada por muchos municipios por su simplicidad operativa.
- Telegestión punto a punto: permite encender, apagar o regular cada luminaria de forma remota e individual, mejorando la eficiencia energética y el control operativo.
- Sensórica integrada: posibilita medir variables como temperatura, ruido, contaminantes o movimiento, transformando la farola en un nodo sensorial.
- Adaptación en tiempo real: ajusta la iluminación según las condiciones del contexto.
- Interoperabilidad: puede integrarse con otras plataformas urbanas mediante protocolos estándar como TALQ o uCIFI.
Estas funcionalidades permiten que el alumbrado se convierta en una red inteligente distribuida, capaz de interactuar con el resto de la ciudad y responder a sus necesidades dinámicamente.
Usos y casos prácticos más allá de la luz
Los sistemas tecnológicos orientados a las smart cities están avanzando a gran velocidad, y todo apunta a que pronto alcanzaremos un nivel de integración donde el alumbrado público servirá como soporte para una amplia gama de servicios conectados, pensados para mejorar la calidad de vida de las comunidades:
- Control ambiental
- Videovigilancia y análisis de tráfico
- Carga de vehículos eléctricos
- Comunicación urbana
- Señalética variable y actuadores
De este modo, la luminaria deja de ser un mero soporte de luz para transformarse en un punto de servicios urbanos distribuidos.
Ventajas para la administración y la ciudadanía
Para las administraciones públicas, el alumbrado inteligente representa una herramienta de gestión urbana eficiente, que permite:
- Reducir costes energéticos y operativos.
- Monitorizar en tiempo real el estado de los activos.
- Recoger datos para planificar mejor el espacio público.
- Optimizar recursos de mantenimiento y respuesta.
Para la ciudadanía, estos sistemas suponen mejoras en seguridad, confort, sostenibilidad y acceso a nuevos servicios, generando una percepción positiva de la modernización del entorno urbano.
Claves para una implantación efectiva
Para garantizar el éxito en la transición hacia un modelo de smart lighting, es fundamental:
- Apostar por tecnologías abiertas y escalables que eviten dependencias con un solo proveedor.
- Asegurar la interoperabilidad con otras plataformas mediante estándares reconocidos (TALQ, uCIFI, APIs abiertas).
- Diseñar estrategias de implantación progresiva, aprovechando los contratos de renovación o mantenimiento existentes.
- Establecer modelos de colaboración público-privada que aceleren la inversión y compartan riesgos.
Estas condiciones permiten que el alumbrado actúe como puerta de entrada a la ciudad inteligente sin necesidad de grandes disrupciones urbanas.

Casos de referencia de Salvi
En Salvi hemos acompañado a numerosos municipios en su camino hacia una iluminación inteligente y conectada. Actualmente, nuestras soluciones están operativas en diferentes localidades de España, con proyectos que abarcan desde pequeñas poblaciones hasta entornos urbanos consolidados.
Entre ellos, destacan Manresa y Sant Esteve de Palautordera, donde se ha desplegado control punto a punto mediante múltiples gateways para gestionar tanto el núcleo urbano como urbanizaciones periféricas. También contamos con instalaciones en Villalmanzo, Montoliu de Lleida o el Parque de la Devesa en Girona, consolidando una red en expansión que facilita una gestión eficiente, centralizada y en tiempo real.
A nivel internacional, estamos ejecutando uno de los proyectos más ambiciosos de África Occidental: la implementación de un sistema de alumbrado solar inteligente en Senegal, donde se prevé alcanzar más de 100.000 puntos conectados en los próximos tres años. Estos casos reflejan cómo el alumbrado puede ser mucho más que luz: puede ser el tejido que conecta servicios, datos y personas.
Conclusión: hacia un modelo de ciudad más eficiente, segura y conectada
El alumbrado público, por su extensión y ubicación estratégica, tiene el potencial de convertirse en la infraestructura clave de la ciudad inteligente. Convertir las farolas en nodos conectados, multiservicio y gestionables de forma remota permite dar un salto cualitativo en la forma en que concebimos, administramos y habitamos el espacio urbano.
Desde Salvi, seguimos trabajando para ofrecer tecnologías que hagan realidad esta visión: sistemas abiertos, robustos, interoperables y adaptables a las necesidades reales de cada municipio. Porque construir una ciudad inteligente empieza, muchas veces, por algo tan cotidiano como una farola.
Imágenes: Salvi

