En Europa y el resto del mundo llevamos mucho tiempo quemando combustibles sólidos para el desarrollo de nuestra economía, que han incrementado de forma alarmante la temperatura del planeta. Además, hemos venido utilizando para la electrónica y la fabricación de dispositivos electrónicos sustancias peligrosas que contaminaban el medioambiente. Continuar con ese modelo de la manera en la que lo estábamos haciendo no era una opción para el ser humano ni el planeta. Los avances tecnológicos han permitido mejorar las condiciones socioeconómicas de la población, pero de forma paralela hemos utilizado sustancias que han expulsado tanto CO2 que el planeta ha dicho basta, y Europa ha tomado cartas en el asunto.
En este contexto de búsqueda de un equilibrio entre conservación y desarrollo, el 1 de julio de 2006 la Unión Europea aprobó la directiva RoHS, acrónimo de Restriction of Hazardous Substances. La norma trata aspectos relacionados con la electrónica y fabricación de dispositivos electrónicos, establece una normativa que debe cumplir cualquier producto que se lance al mercado y limita el uso de diez sustancias peligrosas halladas con frecuencia en aparatos eléctricos y electrónicos. La directiva, en su propósito de avanzar hacia una economía más sostenible y respetuosa con el entorno, busca reducir la contaminación y prevenir daños medioambientales causados por estos materiales restringidos en, por ejemplo, los procesos de reciclado y eliminación de residuos. Asimismo, también se dirige a reducir los riesgos para la salud asociados con la exposición del ser humano a estas sustancias peligrosas. Los problemas de salud que pueden acarrear el trabajo y manejo de sustancias peligrosas van desde la irritación leve de los ojos y la piel hasta enfermedades más graves como pueden ser malformaciones congénitas y cáncer. Entre las sustancias que prohibió la RoHS estaban el plomo, el mercurio, el cadmio o el cromo hexavalente.
De esta manera, Europa ponía coto en 2006 a la comercialización de productos electrónicos fabricados con sustancias peligrosas, al margen de su lugar de fabricación. Es decir, la UE no solo prohibía la fabricación, sino también la importación de productos que pusieran en riesgo la vida de los europeos y la sostenibilidad del planeta. Los requisitos de la RoHS nos exigen como fabricantes el etiquetado de productos dentro de la directiva, y son los estados miembros de la Unión Europea los responsables de sancionar su incumplimiento que implica, generalmente, el pago de una sanción.
La directiva ha sufrido, desde su entrada en vigor, varias revisiones. La propia norma de 2006 establece la necesidad de tener en cuenta las recomendaciones internacionales existentes y basarse en una evaluación de la información científica y técnica disponible para posibles revisiones y modificaciones. De hecho, a principios de año, la comisión de la UE revisó las limitaciones establecidas en el anexo III, que incluía exenciones para las lámparas fluorescente T5 y T8, las lámparas fluorescentes compactas enchufables, las lámparas HPD y las lámparas especiales, por ejemplo, lámparas UV-C.
Su modificación ofrece un nuevo marco legal y determina una fecha a partir de la cual nos prohíbe a todos los proveedores de iluminación la fabricación de estas lámparas. De esta manera, Europa prohíbe la fabricación de todos los tubos fluorescentes T5 y T8 a partir del 24 de agosto de 2023; la de lámparas fluorescentes compactas enchufables a partir del 24 de febrero de 2023, una extensión de la exención para lámparas HPD de 3 a 5 años y la misma extensión de la exención en el caso de las lámparas de uso especial. La modificación prohíbe su comercialización en suelo europeo a partir de la fecha marcada, pero autoriza a vender y utilizar el stock existente almacenado.
Soluciones más eficientes energéticamente y sostenibles
Para minimizar los perjuicios de la modificación de la normativa en nuestros clientes, en LEDVANCE venimos trabajando en el desarrollo de soluciones de iluminación innovadoras que son alternativas eficientes y sostenibles. Disponemos de un amplio portfolio de productos como alternativa al uso de los tubos fluorescentes T5 y T8, y otros productos a los que la UE ha puesto también fecha de caducidad en las distintas directivas aprobados en los últimos años como compromiso en la búsqueda de soluciones más eficientes energéticamente y cuidadosas con el medioambiente. Para cambiar a una tecnología diferente, nuestros clientes, a través de la página web, solo deben localizar el producto de iluminación afectado por la prohibición de la UE y especificar uno alternativo compatible a partir de las lámparas y luminarias LED disponibles. Como uno de principales proveedores a nivel mundial de iluminación general para profesionales y consumidores finales, en LEDVANCE ofrecemos una amplia gama de soluciones orientadas a este futuro más sostenible, con una calidad de marca avalada por la profesionalidad de una compañía con oficinas en más de 50 países y actividad en más de 140.
Para LEDVANCE, la sostenibilidad es un componente estratégico y todas las soluciones de iluminación diseñadas por la empresa están pensadas para mejorar, de forma sostenible, la calidad de vida de las personas. Es una parte estratégica de nuestra responsabilidad social corporativa y de ahí el compromiso firme de la empresa de cumplir, como no podría ser de otra forma, las normativas europeas y seguir trabajando para ofrecer soluciones eficientes. En esta línea, hemos ido adaptando también otros reglamentos europeos dirigidos a mejorar el bienestar de las personas y la salud del planeta como, por ejemplo, los reglamentos europeos de ecodiseño y etiquetado energético, con la eliminación gradual de algunas tecnologías convencionales, y la prohibición de otras soluciones a las que ahora se suman los tubos fluorescentes T5 y T8. El cumplimiento de las normativas europeas discurre paralelamente a las medidas tomadas desde la propia compañía como, por ejemplo, el embalaje de nuestras luminarias profesionales con un material ecológico y reciclable 100% o el lanzamiento de lámparas LED marca OSRAM en envases 100% reciclables y libres de plásticos. Buscamos, de esta forma, satisfacer las necesidades presentes de nuestros clientes sin comprometer las demandas del futuro, sumándonos también a iniciativas como el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, que favorece el desarrollo y la difusión de tecnologías respetuosas con el entorno.
Autor: Departamento de Marketing de LEDVANCE