El programa Economy Skynest es el resultado de tres años de investigación realizado por Air New Zealand, gracias a la aportación de más de 200 clientes y desarrollado en el centro de investigación, Hangar 22, que dispone la compañía en Auckland (Nueva Zelanda). El objetivo: hacer que los vuelos que opera la compañía, algunos los más largos del mundo, sean lo más confortable posible al poder dormir en camas en clase turista.
“Estamos trabajando de forma continua en buscar nuevas innovación que podamos llevar a nuestra cabinas de las aeronave. Un claro punto de dolor para los viajeros de la clase “economy” o “turista” es la incapacidad de estirarse. El desarrollo del proyecto “Economy Skynest” es una respuesta directa a este desafío”, explica el director de Marketing y Atención al Cliente de Air New Zealand, Mike Tod.
El proyecto consiste en la implantación en el avión de varias cápsulas o cabinas de sueño. En total serían seis cabinas de dos metros de largo y unos 58 cm de ancho, totalmente equipadas con la última tecnología para conciliar el sueño. Tapones para los oídos, iluminación especialmente diseñada para conciliar el sueño, así como otros mejoras como luz de lectura sepadas, ventilación personal, etc.
La compañía tomará la decisión de si operará el programa el próximo años después de haber evaluado el rendimiento de la medida en el recientemente inaugurado vuelo Auckland-Nueva York, de 17 horas y 40 minutos de duración.
«Vemos una futura experiencia de vuelo en la que un cliente de clase económica en vuelos de larga distancia podría reservar el Economy Skynest además de su asiento en la clase económica, obtener un descanso de calidad y llegar a su destino listo para partir. Esto supone un cambio en muchos niveles», explica Nikki Goodman, director general de Experiencia de Cliente de Air New Zealand.
Fuente de imágenes: Air New Zealand.