La Asociación de Autores de Iluminación de España (AAI) ha ideado una fórmula realmente didáctica de dar a conocer los detalles de un trabajo de iluminación espectacular a través de sus sesiones bautizadas como “Encuentro de la luz”. En estos encuentros AAI ofrece la oportunidad a sus asociados y amigos de la asociación de presenciar un ensayo de un espectáculo y a posteriori asistir a una presentación en la que la iluminación es analizada en profundidad por sus diseñadores.
El pasado 27 de mayo de 2014 en el 7º Encuentro, Nicolás Fischtel expuso el trabajo sobre el espectáculo de la Compañía Nacional de Danza (CND) en el que él había participado. Fischtel explicó las características del montaje que la CND ha presentado en el Teatro Real, constituido de cuatro coreografías, cada una de las cuales contaba con coreógrafos e iluminadores diferentes. Él iluminó la primera, “Allegro Brillante” de Balanchine.
En este tipo de espectáculos el reto aparece al tener que hacer cuatro iluminaciones totalmente independientes entre sí, que sin embargo deben de realizarse en el mismo escenario y seguidas en el tiempo. Por ello era necesario partir de un mismo plano donde se construía un ambiente general estándar (cuatro zonas -sin necesidad de definir el centro- cuatro parejas de calles y laterales altos en puntas y medias varas) con dos colores, más los cambios de color (scroller) en los contras. A esto se le añadían los puntuales para cada espectáculo y los HMI de 2,5 Kw que precisaba uno de ellos. Así como el panorama en dos tonos de azul (R-80 y L-161) retroiluminado desde arriba y desde abajo.
“Allegro Brillante”, coreografía muy clásica, debía iluminarse con mucha luz, y en especial mucho brillo, sin que molestase a los bailarines en sus giros. Para ello las calles no se exceden en intensidad y el brillo viene desde arriba, laterales altos de las puntas y mitad de vara. Domina el espacio la inundación azul del panorama con el intenso azul primario R-80. En el “paso a dos” la luz se hace algo más íntima y baja un poquito. Fischtel utilizó cañones de seguimiento sobre los bailarines principales, no evidentes sino con gran sutileza, luz difusa, casi imperceptibles.
La segunda pieza, “Delibes suite” fue iluminada por el propio coreógrafo, Jose Carlos Martinez, director artístico de la CND. Muy sencillo: al alzarse el telón sólo hay luz en el panorama, retroiluminado desde abajo. Los bailarines se siluetean en el contraluz. Poco a poco crece la luz y se hace el ambiente general. Así permanece hasta el final.
En la siguiente pieza “In the middle somewhat elevated”, pudo verse el estilo peculiar creado por el coreógrafo William Forshyte. Luz a un tiempo minimalista y poderosa: seis HMI de 2,5 Kw (dos por vara) en posición de contra. Se encienden de golpe a través de unas cortinillas al principio de la coreografía y se apagan también de golpe al final de la pieza. El espectáculo finaliza. No hay más. Una gran piscina de luz con el brillo de las HMI. El suelo resplandece y reverbera generando una fuente de luz secundaria. Gracias a las lentes fresnel, los bordes son difusos, se crea un “halo” de oscuridad. Los bailarines entran y salen de la inundación de luz. La luz principal es de contra, el rebote desde el suelo actúa de relleno.
La última coreografía “Casi-casa” de Mats Ek, utiliza un lenguaje muy teatral. Varios objetos sobre el escenario: un sillón, una puerta, una caja de luz… con algún movimiento de inclinación. Un tic-tac, y una luz que fluctúa desde calle delineando el suelo dan inicio al número. Este misterio de claroscuro, con una estrecha zona en torno al sillón más la caja de luz, se mantiene largo rato. Después, la zona se amplía con la dramaturgia coreográfica. Los objetos parecen tomar vida con los bailarines y con la luz. Se usan otros artificios: humo desde la caja de luz y un plafón como una luna.
El evento terminó con un amplio debate en el que tuvo la gentileza de participar Ángel Palomino, jefe técnico de iluminación del Teatro Real. Hubo multitud de preguntas, se habló largo y tendido. Lo que allí se dijo entre todos podría resumirse con una frase tan sencilla como sabia que repitió Palomino: “Hay que llegar al montaje con los deberes hechos”.
Nicolás Fischtel es un iluminador de gran prestigio. Muy conocido en el mundo de la danza – habiendo trabajado con Nacho Duato y muchos otros coreógrafos importantes- también apreciado en el teatro y zarzuela. Iluminador residente en el Teatro Sanpol desde 1986. Ganador de diversos premios, fue nominado a los Max en 1999 por “Chicago” y obtuvo el premio Josep Solbes en 2006 y 2008.
Video completo del encuentro: