Málaga acaba de aprobar en su Junta de Gobierno dividir la ciudad en cuatro zonas en las que el alumbrado público se adecuará a las necesidades. La ciudad renueva así su compromiso en la lucha contra la contaminación lumínica y a favor del ahorro de energía, para lo cual necesitará 5 millones para sustituir de aquí a 2020 16.700 puntos de luz.
El alumbrado público es para Málaga un área en la que ya ha conseguido según indica Francisco Pomares, Concejal de Ordenación del Territorio y Urbanismo de la ciudad ahorrar cerca de 4 millones de euros anuales, el 40% de su factura total, pasando de pagar 9 millones de euros al año a los 5 actuales gracias a la reducción de la potencia de algunas bombillas y a su mejor orientación.
El alumbrado público de Málaga se conforma en la actualidad de 62.000 luminarias la mayoría de vapor de sodio, con una potencia máxima unitaria de 120 watios, según explica Jaime Briales, presidente de la Agencia Municipal de la Energía. Briales también aclara que para el ayuntamiento la tecnología LED no se había considerado hasta la fecha por falta de rentabilidad, algo que hoy ha cambiado y ya se empiezan a sustituir las luminarias por otras de LED con el fin de conseguir un ahorro esperado de un 25% más en la factura pública de electricidad. Pero no solo preocupa ya la eficiencia que se da por sentada, se trata y mucho de proteger la calidad del cielo nocturno y es por ello que en el marco de la Ley de Gestión Integrada de Calidad Ambiental de Andalucía se ha aprobado la zonificación lumínica, en el marco del plan Director de Iluminación, plan Ilumina, actualmente en redacción.
El plan de zonificación lumínica de Málaga ya se inició en 2014, con una inversión por parte de la administración de 1,5 millones para su puesta en marcha con actuaciones específicas como el cambio de luminarias. Se necesitarán otros cinco millones de euros para su conclusión para 2020, una suma que se irá invirtiendo todos los años hasta erradicar la contaminación lumínica. Según Briales para conseguir este objetivo, habrá que sustituir las luminarias que emiten una luz dispersa en 360 grados por otras que enfocan directamente a la vía, pudiendo reducir su potencia y ganando así en eficiencia y como ejemplo, señala la calle Tomás de Heredia, considerada como la vía mejor iluminada de España en la cual su alumbrado público no incide sobre las fachadas. Eso sí, según Pomares se respetarán tres requisitos fundamentales «no se perderá calidad lumínica, no se perderá protección ni sensación de seguridad en las calles y se mantendrá la belleza de los edificios iluminados».
Otras medidas incorporadas en estos años según indica Mario Cortés concejal de Nuevas Tecnologías y portavoz del gobierno, incluyen el reloj astronómico, que ajusta la hora de encendido y apagado del alumbrado público, reduciendo hasta en una hora su tiempo de funcionamiento, así como el control de la intensidad lumínica, a partir de la 1.00 de la madrugada, cuando se reduce el tránsito por las calles. Se reduce la intensidad «aunque no tanto como para que lo perciba el ciudadano». Otra medida incorporada son los reductores de flujo, que controlan los picos de tensión que llevan aparejado un sobreconsumo.
Este proyecto aprobado la semana pasada divide la ciudad en cuatro zonas con distinto tipo de iluminación en base a su habitabilidad y a las probabilidades de la luz artificial de alterar el ecosistema. Concretamente, se divide en: oscuras, de flujo luminoso reducido, de flujo luminoso medio y de flujo luminoso elevado. Entre las áreas oscuras- zonas altamente protegidas de suelo no urbanizable delimitadas por la Junta y que son el principal motivo por lo que se ha originado este plan- se encuentran los Montes de Málaga, la desembocadura del Guadalhorce o la traza del río Guadalmedina desde su nacimiento hasta la desembocadura del Embalse del Limonero, unos lugares que constituyen el hábitat de especies que tienen gran valor ecológico y zonas de interés para la investigación científica a través de la observación astronómica. En el otro extremo, las zonas de mucha densidad de vivienda o de uso comercial y recreativo, son las que requieren de un alumbrado más intenso. Además de las dos zonas mencionadas, se divide la ciudad en dos espacios diferentes, uno con un flujo luminoso reducido y que afecta al suelo urbanizable y no urbanizable, pero no protegido. Otra de flujo medio, para zonas residenciales exceptuando el Centro.
En el conjunto de estas zonas ya un 25% de sus luminarias han sido identificadas como contaminantes al emitir más de un 25 por ciento de flujo hemisférico superior, por lo que se deberán sustituir al ser además las únicas que quedan que incumplen los criterios de sostenibilidad medioambiental.
La zonificación lumínica es una obligación que emana del Decreto 357/2010 de la Comunidad Autónoma de Andalucía mediante el cual se exige a los Ayuntamientos zonificar su territorio en función de distintas zonas de admisión lumínica.
Green Globe es la empresa que presta servicio al área de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y a los Ayuntamientos para realizar la zonificación lumínica tal y como marca el reglamento.