La influencia cada vez mayor del llamado Internet industrial (que conecta el mundo físico con el digital) está llevando a diseños que combinan la tecnología LED con sensores inalámbricos y sistemas de transmisión de datos. Cuando este tipo de infraestructura se emplea en “ciudades inteligentes” es capaz de mucho más que simplemente iluminar y ofrece ventajas reales de seguridad para los ciudadanos.
Ya hay ejemplos de éxito en el uso de LEDs con fines de seguridad en ciudades como Bauru en el estado de Sao Paulo en Brasil y La Garrotxa en España.
Famosa por ser la ciudad natal de la superestrella del fútbol Pelé, Bauru es uno de los centros de población más densos del país, con un volumen de tráfico muy elevado. Esto es una prioridad para el “Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020” de la Organización de las Naciones Unidas, que tiene como objetivo contrarrestar la tendencia al alza de accidentes mortales y ahorrar 5 millones de vidas en diez años. Por supuesto, una buena iluminación es básica y por esa razón la ciudad de Bauru se asoció en 2013 con GE para modernizar más de 2.000 semáforos con luminarias LED’s. Estas duran 10 veces más que la tecnología tradicional y reducen el consumo de energía hasta en un 80%. Al mismo tiempo, aumentan la visibilidad y producen colores más claros, reduciendo así la distracción de los conductores provocada por la intensa luz que hay en Brasil. Con cerca de 3.400 muertes por accidentes de tráfico al día en todo el mundo, Bauru y GE están poniendo su grano de arena para reducir esa cifra.
Además de esta contribución a la seguridad urbana cotidiana, el uso de nuevas infraestructuras de sensores inalámbricos también ayuda a prevenir desastres naturales. A pesar de que la mayoría de la gente no se para demasiado a pensar sobre este tema, la realidad es que en los últimos 25 años se han registrado 850.000 muertes en todo el mundo a consecuencia de catástrofes naturales, lo que supone un daño económico equivalente a 3,3 mil millones de dólares estadounidenses.
La iniciativa “100 Ciudades Resilientes” de la Fundación Rockefeller intenta reducir estas cifras. Y es en el marco de esta iniciativa que la región de la Garrotxa, en España, ha aplicado un sistema de monitorización diaria que alerta de terremotos e inundaciones.
Conocida por su paisaje volcánico en la provincia de Girona, al noroeste de Barcelona, entre el Mediterráneo y los Pirineos, La Garrotxa se ha convertido en uno de los primeros lugares de prueba para este tipo de sistemas de alerta precoz.
Mediante el uso de tecnología wi-fi y 40 tipos diferentes de sensores ambientales gestionados mediante un “tablero” a escala real, los funcionarios locales pueden supervisar el nivel de los ríos de la zona para detectar precozmente señales de inundaciones, la temperatura, la humedad y los niveles de CO2 y CO para detectar incendios forestales.
Estos dos ejemplos demuestran las características y posibilidades de seguridad de las tecnologías LED e inalámbrica para cuerpos de bomberos, policía y departamentos gubernamentales. La iluminación LED y el Predix, la plataforma de GE para el Internet industrial, permiten controles de iluminación avanzados, la optimización del tráfico y del aparcamiento y análisis de monitorización ambiental, entre otras ventajas. Contar con infraestructuras sofisticadas que transmitan datos a la velocidad de la luz significa tener ciudades más seguras.