Existen argumentos suficientemente potentes para sustituir los sistemas de alumbrado público de Estados Unidos por LED, pero las conversiones a una tecnología LED inadecuada pueden tener consecuencias adversas. Esto es lo que opinan algunos médicos reunidos en la Reunión Anual de la American Medical Association (AMA) quienes en respuesta a ello han adoptado una guía para las comunidades acerca de la correcta selección entre las opciones de iluminación LED con el fin de minimizar los potenciales efectos nocivos sobre los humanos y el medio ambiente.
Sustituir el alumbrado público convencional por iluminación LED supone un importante ahorro de energía, y una menor dependencia de los combustibles fósiles. Aproximadamente el 10 por ciento del alumbrado público existente en EE.UU. ya ha pasado a ser tecnología LED de estado sólido, con más esfuerzos en curso para acelerar esta conversión.
«A pesar de los beneficios en cuanto a eficiencia energética, algunas luces LED son perjudiciales cuando se utilizan para alumbrado público,» explica el Miembro de la Junta Directiva de AMA Maya A. Babu, MD, MBA, «La nueva guía AMA persigue que al pasarse a iluminación LED se preste una adecuada atención a las características de diseño e ingeniería óptimas que minimicen los efectos perjudiciales para la salud y el medio ambiente».
Los diseños de iluminación LED de alta intensidad emiten una gran cantidad de luz azul que parece de color blanco a simple vista y de noche crea reflejos de efecto deslumbrante que son peores que los asociados a la iluminación convencional. La falta de confort derivada de la iluminación LED intensa y excesivamente rica en azules puede disminuir la agudeza visual y la seguridad, resultando en un potencial peligro en la carretera.
Además de su impacto en los conductores, las farolas LED de alta intensidad de azul funcionan a una longitud de onda que suprime más adversamente la melatonina durante la noche. Se estima que las lámparas LED blancas tienen cinco veces mayor impacto en los ritmos circadianos del sueño que las farolas convencionales. Amplias encuestas recientes han hallado que la iluminación nocturna residencial más brillante se asocia con la reducción de las horas de sueño, la insatisfacción con la calidad del sueño, somnolencia excesiva, problemas de funcionamiento durante el día y la obesidad.
Los efectos perjudiciales de la iluminación LED de alta intensidad no se limitan a los seres humanos. Una iluminación exterior excesiva altera a muchas especies que necesitan un ambiente oscuro. Por ejemplo, la iluminación LED mal diseñada desorienta a algunas especies de aves, insectos, tortugas y peces, y los parques nacionales de Estados Unidos han adoptado diseños de iluminación óptimos y prácticas que reduzcan al mínimo los efectos de la contaminación lumínica en el medio ambiente.
Al reconocer los efectos perjudiciales de una iluminación LED de alta intensidad mal diseñada la AMA alienta a las comunidades a minimizar y controlar la iluminación ambiental intensa en azules mediante la exigencia de la menor emisión posible de luz azul para reducir el deslumbramiento.
La AMA recomienda un umbral de intensidad óptimo en iluminación LED que minimice la luz rica en azules. La AMA también recomienda que toda la iluminación LED se proteja adecuadamente para minimizar el deslumbramiento y los efectos perjudiciales en la salud humana y en el medio ambiente debiéndose considerar la posibilidad de utilizar la capacidad que ofrece la tecnología LED de ser atenuada durante períodos de tiempo de menor actividad.
La orientación adoptada formalmente por los médicos de base que componen el cuerpo de toma de decisiones de la AMA refuerza la política de apoyo de la AMA contra la contaminación lumínica y la conciencia pública de los perjuicios sanitarios y ambientales de una iluminación nocturna omnipresente.